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13 de agosto de 2013

Calpe y la destrucción del litoral


El municipio alicantino de Calpe ha conseguido, tras arduos y tenaces esfuerzos de sus políticos, acceder al triste honor de encabezar la clasificación de municipios españoles que más franja de litoral ha perdido durante el último cuarto de siglo a causa del urbanismo. Es la principal conclusión del informe "Destrucción a toda costa 2013" en el que Greempeace analiza, municipio a municipio, la ocupación de los 500 primeros metros desde la orilla del mar entre los años 1987 y 2005. El informe, realizado mediante el uso de imágenes de satélite, revela que Calpe ha ocupado el 70 por ciento de esa franja.

El Plan General de Ordenación Urbana de Calpe data del año 1989, aunque nueve años después, en 1998, se aprobó una modificación puntual para adaptarlo a la legislación vigente en el momento. Desde hacía unos años,  en la mayoría de los municipios españoles se empezaba a insuflar  aire a la llamada burbuja inmobiliaria, un fenómeno que respondía, sin excusas, a la codicia de toda la sociedad en su conjunto, aunque se alentaba desde las instituciones. En Calpe, como en otros muchos municipios, los alcaldes se frotaban las manos al comprobar que el suelo era una fuente inagotable de riqueza, un capítulo imprescindible, casi mágico, del presupuesto municipal, del que salían sus caprichos y excesos. La información privilegiada, el amiguismo, el cohecho y la prevaricación eran moneda común en los ayuntamientos españoles con posibilidades para especular: los cercanos a las grandes ciudades y los que contaban con recursos paisajísticos, sobre todo el mar y la playa; el peñón de Ifach brillaba en los atardeceres de Calpe como si fuera de oro.  Los políticos de turno [en general]  acabaron perdiendo el pudor y aprovechaban la pujanza económica que caía como el maná para equilibrar  la magra financiación del partido político al que representaban y, llegado el caso, más pronto que tarde, para el enriquecimiento personal de alcaldes, concejales de urbannismo y técnicos implicados. 

En Calpe, a la codicia y alegría general, se añadía, multiplicando los resultados, la relación de la mayoría de los ediles de la corporación calpina con empresas inmobiliarias, generalmente propias o participadas. Ya habíamos escrito en un artículo anterior que el Pleno del Ayuntamiento de Calpe parecía una reunión de la Asociación de Promotores y Constructores de Calpe, entidad ficticia, claro está, pero que funcionaba a las mil maravillas. Es una lástima que tanto esfuerzo por rellenar cada rectángulo o trapecio del plano del término municipal con un proyecto, cada vez más alto y más espectacular, intentando emular el "skyline" de Benidorm, haya quedado en nada: total, exalcaldes y exconcejales pobres de solemnidad. ¿Quién se lo cree?

Nada ha quedado fuera de la ambición de los corruptos y mediocres que idearon esta ciudad y que completaron gracias la voracidad de unos promotores siempre insatisfechos y del sueño de arquitectos que mientras intentaban escalar las "escaleras del azul" anhelaban un hueco en el Olimpo de los grandes. A lo ancho y a lo alto. Ignoran esos arquitectos que no hacía falta subir tan alto para ser más grandes. 

La plaga del urbanismo depredador se extendía por las playas del Arenal y de la Fossa, ocupando cada hueco, intentando  romper el techo de Calpe en cada alzado, acercándose más y más al mar, punteando las laderas  con extensas urbanizaciones de villas,  estrechando el lazo que se urdía contra las salinas, una zona de gran valor medioambiental, y presionando las áreas de interés  arqueológico. Todo ello, además, de manera anárquica, sin reflexión, completando el mosaico urbano como quien ha tirado las piezas sin molestarse en buscar, precisamente, la ordenación del territorio y la ciudad. 

Vista desde el Peñón de Ifach. En el centro de la imagen, las Salinas
Puerto de Calpe, las Salinas y la playa del Arenal

Playa de la Fossa

Edificios cercanos al Peñón en la playa de la Fossa
La playa de la Fossa desde uno de los yacimientos arqueológicos de Calpe
Otra vista del peñón de Ifach desde la playa de la Fossa
Playa del Arenal
El hotel Solymar, en la playa del Arenal, destaca como un inmenso y oscuro pegote junto al mar.
Las casas, como las gaviotas, suben y suben hacia las cumbres de laderas y peñascos.
Las laderas de las sierras, a falta de llano, se han llenado de edificaciones casi imposibles
Playa del Arenal
Edficios en segunda linea de mar en la playa del Arenal
Un edificio como una calle.








Las salinas estranguladas por las edificaciones



Algunos edificios se proyectaron tan cerca del mar que hoy están en una situación precaria. Más pronto que tarde acabarán derrotados por el clima y engullidos  por el mar.


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Fotografías de esta entrada: Juan Manuel Alcalá Perálvarez.
En el siguiente enlace se pueden encontrar numerosas imágenes del Calpe antes del ímpetu unrbanístico; cuando las fotografías eran en blanco y negro: http://mercasa-calpe.blogspot.com.es/

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