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31 de diciembre de 2012

Silvestre o el último día del año

Conocí una historia parecida e igual de triste a la que hoy les traigo por mi propensión a leer todo tipo de papeles, incluidos esos viejos y amarillentos que guardan las hemerotecas. El último día del año 1899, a punto de acabar el siglo XIX y empezar el XX, el director de un periódico nacional, escudado en el pseudónimo, publicó un pequeño relato, una crónica funesta, que, —a su vez—, había leído en un diario extranjero. Los hombres están sometidos al vapuleo del tiempo y los avatares de la fortuna. ¡Las vueltas que da el destino! Hace relativamente poco se repetían las mismas o similares circunstancia y vicisitudes en la persona de otro miserable.


Silvestre había nacido un día 31 de diciembre. Su madre murió a las pocas horas, antes de que acabase el último día del año, ese que precede a la fiesta pagana de las Strenas. Pasadas unas semanas del entierro de su madre, su afligido padre le bautizó con los nombres de Silvestre y Manuel; última y primera asignaciones del santoral católico para el postrer día de un año que se iba y para la inicial y flamante jornada del que llegaba tenebroso y aciago. Siempre, desde que tuvo uso de razón, se nombraba con el primero de los dos nombres. Silvestre; el otro era, ignoto y anónimo, sencillamente M.

Cincuenta y nueve años después, hace hoy justamente un año, la policía municipal recogió el cadáver de Silvestre colgado de un árbol en una pequeña plazuela del centro de Getafe. Era uno de enero del año que ahora se acaba: el infeliz se había suicidado durante la noche del mismo día 31 de diciembre cuando la mayoría de los vecinos andaban brindando con sidra de Asturias y cava extremeño por un incierto y lóbrego 2012, esperando que —contrariamente a los augurios— se convirtiera en próspero y venturoso año nuevo. En el bolsillo de su chambergo, encontraron una breve carta en la que aquel infeliz relataba brevemente su penosa vida.

La carta, que obraba en poder del juez, llegó a nuestras manos hace unos meses gracias a un funcionario molesto con las dificultades económicas y con los famosos recortes del gobierno. Y decía así:

***

“A quien le interese.

Nací hace más de medio siglo. Qué más da el año. Por mi culpa, al llegar a este mundo un desventurado día de nochevieja, murió mi madre. Al cumplir cinco años, mi padre me dejó interno en el Colegio de los PP. Escolapios que se apiadaron del huérfano que era. Mi padre emigró a Suiza para encontrar trabajo; y quizá para no verme y de esa manera olvidar la causa de la muerte de mi madre. Allí encontró empleo en una pequeña fábrica de neumáticos de automóviles.

Nada más cumplir diez años, en los primeros días de un frío mes de enero, el reverendo padre de cuyo nombre no me quiero ni acordar, me leyó una carta de un juzgado de Berna en la que se certificaba que mi padre había muerto hacía solo unos días. Algún tiempo después supe que acabó ahogando su vida y sus penas a partes iguales con alcohol y agua. Lo encontraron en el lago que baña la capital de aquella nación la misma noche del día 31 de diciembre de 1963. Los curas me mantuvieron en el colegio hasta el final de aquel curso en que aprendí los Evangelios, Historia, Geometría y algo de Latín.

Año tras año, durante mi juventud, no era extraño que, cada vez que se acercaba el final del año, sucediera alguna pequeña desgracia a mi o a los que me rodeaban. Lo temía. Tal era mi pavor que nunca entendí porqué las gentes lo celebraban con fiestas y jolgorios como si se fuera a acabar el mundo. En realidad era un día como otro cualquiera para la mayoría. Para mí,  sin embargo, era una cita terrible e ineludible con el infortunio.

Con los años pensé que podría evitar esa conjura, esa terrible influencia o conjunción de los astros. Todo era cuestión de imponer la voluntad al temor; la fuerza y el optimismo a la curelda del destino. Cuando tenía casi treinta años conocí a una mujer de la que me enamoré locamente. Pensé que alteraría ese destino funesto eligiendo para ese día un hecho feliz. Así, dos años después, decidimos casarnos el día de Nochevieja de 1984.

¡Qué días más felices! En verano ella quedó encinta y esperábamos nuestro hijo para mayo, allá por las fiestas patronales. Si era niña la llamaríamos María Ángeles; si era niño, se llamaría Feliciano. Era afortunado y pensaba que por fin había evitado al destino; pero una noche, poco antes de Navidad, al llegar a casa encontré a mi mujer agonizando, rota como un trapo, deshecha por una fatal apoplejía. Ese día no murió. En el hospital de la Cruz Roja, en Reina Victoria, permaneció unos días ciega y muda, al borde del precipicio, insensible, babeando como un vegetal herido. Habíamos perdido el hijo. Ella murió el día 28 de diciembre, como una broma del hado. La enterré el día 31 de diciembre de ese mismo año. La felicidad solo me había durado un año. Un escaso y mísero año roto por el día de Nochevieja.

Por aquel entonces poseía un comercio en el barrio de Juan de la Cierva que marchaba bastante bien. El dolor que me produjo la pérdida de mi esposa, hizo que perdiera cualquier interés por el negocio. Cada día iba peor. O abría tarde o, muchos días, ni siquiera abría: consumía las horas lamentándome de mi mala suerte. Tuve que contratar a un empleado que al menos abriera la puerta.

Un par de años después, descubrí que el dependiente había arruinado totalmente el negocio. Un día sí y otro también sisaba un porcentaje de la caja, tan alto, que finalmente mermó la capacidad financiera de la tienda para adquirir nuevas mercancías; y así convirtió el negocio en un pozo sin fondo, sin viabilidad, sin la posibilidad de pagar siquiera la única nómina: la de mi empleado. Y así, por culpa de la infamia de aquel ladrón, un día 31 de diciembre tuve que bajar el cierre, con la caja registradora llena de telarañas y de facturas sin pagar. El empleado, como tenía la cara más grande que la espalda, me denunció. Y ganó todos los juicios con abogados laboralistas. Apenas tenía dinero para subsistir así que no pude contratar buenos, ni malos, abogados. Perdí el negocio, el local, los ahorros del banco y las pocas ganas de vivir que aún me quedaban.

Sin embargo, gracias a un antiguo conocido con el que había hecho la mili en El Pardo, encontré un trabajo en una nave del polígono industrial de San Marcos, propiedad de una de las nuevas y boyantes empresas que se instalaban en el municipio. Nos acercábamos al final del siglo XX. Durante unos años, seis o siete, trabajé sin interés ni motivación en aquella pequeña factoría dedicada a la fabricación de puertas y ventanas de aluminio para los edificios que proliferaban por cualquier lugar de la geografía nacional. Durante esos últimos años intenté, con éxito, no tentar a la suerte cuando se acercaban las fiestas de Navidad y fin de año. No lo celebraba; ni salía de casa, intentando evitar cualquier caída, tropiezo físico o encontronazo con otros seres humanos o, incluso, temer siquiera un pequeño resfriado. ¿Era posible que la diosa fortuna, tan esquiva y casquivana, se olvidara de este desgraciado?

Pero no fue así. La crisis económica, a la que los telediarios llamaban “burbuja inmobiliaria”, redujo las ventas de la empresa y nos dejó a los diecisiete operarios sin apenas trabajo, como autómatas sin cometido alguno, caminando de un lado para otro de la nave como sonámbulos. Hace tres años, el mismo 31 de diciembre, el encargado nos comunicó la terrible noticia. La empresa se cerraba y todo los operarios éramos arrojados al temible desempleo. El paro se había convertido un enemigo feroz, un terrible calendario que daba cuenta de los meses sin esperanza. Tarde o temprano se acabaría. Yo, sin demasiada energía, esperaba que la crisis se acabara antes que la prestación económica. El miedo al futuro se cebaba sobre nuestras cabezas como los buitres sobre la carroña.

Empecé a deambular por fábricas y talleres. No era optimista; casi me daba igual. Con mi edad no había demasiadas oportunidades. Ni esperanzas. La crisis era de las grandes. Cuando se acabó el dinero del paro empecé a consumir los últimos ahorros que tenía; en tres o cuatro meses se esfumaron como se extingue un cigarrillo. Solo humo. Sin ingresos, dejé de pagar la hipoteca al banco; y las facturas de electricidad, de gas, de teléfono. Era un préstamo a treinta años que nos concedieron a mí y a mi mujer hacía veintisiete años para comprar un un pisito de tres dormitorios en la Avenida España. De esa forma injusta, tras pagar todos esos años, y a falta solo de 36 recibos por abonar, que sumaban la pequeña cantidad de 9.869 euros de capital, más de cinco mil euros de intereses de demora y  otros veinticinco mil más de costas y gastos, el banco procedió a la ejecución.

De manera inevitable perdí la propiedad de la vivienda. El piso se lo quedó un subastero, un tipo calvo con cara de alimaña pero, según alardeaba por los pasillos del juzgado, con unos hijos a los que tenía que alimentar; un tipo que tenía pactadas las ejecuciones con algunos directivos del  banco; a los que seguramente untaba. Pero eso no lo puedo demostrar. Había ofertado solo 26.000 euros. Hace ocho meses perdí la posesión: dos funcionarias del juzgado me desalojaron de la vivienda y me dejaron en la calle con lo puesto; he sorteado las últimas semanas en este mundo como un paria, un miserable, subsistiendo gracias a la asistencia social, a Cáritas y a la Cruz Roja; he deambulado por hospitales y comedores sociales, por las parroquias y por los bancos de alimentos. No hay futuro para mí.

No puedo aguantar más padecimientos ni angustias. Tengo hambre y frío. Quisiera tener el valor de mendigar o de robar; no lo tengo, ni soy capaz de engañar a nadie. Es el momento de liberarme de la maldición que me persigue. Y no he podido, la verdad, elegir mejor fecha, ya que se acerca el 31 de diciembre. Pienso solo que nunca más me atormentará esta maldita fecha. Tras buscar un edificio alto para arrojarme que no encontré, contemplar incluso la posibilidad de arrojarme al lago del sector 3 para que me devoren las carpas y los patos o envenenarme con matarratas, he optado por despedirme atado a un cordel de plástico de ese que se utiliza para tender la ropa, un atadero que guardo en el bolsillo desde hace unas semanas. Solo tengo que trepar hasta la primera rama de una de esas magníficas acacias de la plaza de Pinto, atar la cuerda al árbol y al cuello y, adiós… No tengo más que decir”.

***

Las últimas grupitos de jóvenes bulliciosos  volvían zigzagueantes, en parranda, en dirección a la churrería o, por fin, hacia sus casas tras una noche estruendosa y feliz. Las borracheras elevaban al cielo voces inexpresivas, risas altisonantes y cánticos obscenos. Los primeros resplandores de la mañana, apenas dejaban ver el triste espectáculo difuminado, casi oculto, por la neblina que envolvía al primer día del año nuevo, el día que celebran su santo los que se llaman Manuel.

Tras el levantamiento, aunque mejor habría que referirse al hecho como descenso del cadáver, el juez de guardia, aún bajo los efectos de la mezcla de un buen ribera del duero, unas copas de cava y un sin fin de gin-tónics, envió el cuerpo al Instituto Anatómico Forense que a finales del mes de enero dictaminó que el desdichado sujeto había muerto por la asfixia causada por una cuerda trenzada de plástico verde que aún colgaba del cuello del finado, aunque el informe aventuraba que de no haber sido esa la causa de la muerte lo habría sido probablemente de frío e inanición. Los forenses no hallaron resto alguno en su estómago ni en su aparato digestivo, por lo que dedujeron que no había ingerido alimentos sólidos, al menos, desde cuarenta y ocho o, incluso, setenta y dos horas antes del óbito.

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El lector, amigo o transeúnte, tendrá que disculparme por la tristeza del relato. Está basado en un pequeño artículo periodístico publicado en La Vanguardia el día 31 de diciembre de 1899. El texto vio la luz en la portada de dicho ejemplar en sección “Busca buscando”  que su autor,  el director del diario firmaba bajo el pseudónimo de Juan Buscón.

Si nos no nos vemos: ¡Feliz Año 2013!

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30 de diciembre de 2012

Los miserables de Daniel Urrabieta Vierge



El reciente estreno de la película Los Miserables”, basada en la obra de Víctor Hugo [1862], nos ha hecho volver sobre la figura de Daniel Vierge. Ya indicamos en el capitulo del libro "Crónica de un viaje al ayer"  dedicado al ilustrador getafense que había colaborado en numerosas obras del universal novelista francés, una de ellas —precisamente—, la edición de Los Miserables que se publicó en el año 1879. Gracias a los fondos digitalizados de la Biblioteca Nacional de Francia hemos localizado la portada de ese libro; desafortunadamente, no hemos podido acceder a ninguna edición completa y a las 500 ilustraciones que anuncia en su portada, entre ellas las del propio Víctor Hugo y las de Daniel Vierge.

Nuestra búsqueda nos ha llevado, afortunadamente, a otro libro ilustrado, entre otros grandes dibujantes y pintores como Renoir, por Daniel Vierge. Se trata del séptimo volumen de las veinte novelas agrupadas por Émile Zola en la serie Les Rougon-Macquart a la que subtituló como “Historia natural y social de una familia bajo el Segundo Imperio”. En “L’Assommoir” [La taberna] publicada en 1887, Zola recrea el lenguaje y las maneras de los trabajadores, describiendo la devastación causada por la pobreza y el alcoholismo.

A través de una edición inglesa de ese libro digitalizado por la University of Illinois a Urbana-Champaign hemos podido acceder a las ilustraciones de Renoir y de Vierge entre otros.  La que reproducimos a continuación se titula "Mujeres esperando la paga a la puerta del taller".



21 de diciembre de 2012

¿Quién fotocopia la agenda del jefe de la oposición?



Otoño de 2001. Posiblemente. Se ha sobrepasado el ecuador de la legislatura. Quedan menos de dos años para los siguientes comicios municipales. Los concejales del Partido Popular están convocados en el despacho del grupo en el Ayuntamiento de Getafe. El PP de Getafe tiene un problema interno. Todo el mundo —por generalizar de alguna manera— conoce la agenda del portavoz de los populares, con quién se reúne y con quién come y las anotaciones, que en ella hace sobre asuntos y personajes del municipio;  y aún peor, las fotocopias de su diario privado revolotean por las redacciones difundiendo, incluso, intimidades personales. El asunto es grave. José Luis Moreno pretende acabar de una vez con las filtraciones de los papeles y, de paso, con el espía. Ha llamado al Comisario de Policía para pedirle el favor de que un par de agentes tomen las huellas de todos los ediles. No quiere que la sangre llegue a los juzgados, de momento; ni a los  medios de comunicación. Solo arrinconar al confidente y señalar a sus amigos, patrocinadores o compadres.

La escena que rescatamos para la actualidad comparte con otras de hoy, en su esencia, la paranoia de los que se sienten vigilados o espiados; y azotados por las filtraciones. ¡Cómo será posible que esos documentos, precisamente, a los que casi nadie tenía acceso..! 

Entre los personajes de este absurdo sainete político de finales del siglo XX están, además del que hasta hace poco era Director General de Empleo de la Comunidad de Madrid, José Luis Moreno, el perenne y escurridizo José Luis Vicente Palencia, el diputado regional Carlos González Pereira, los actuales ediles José Luis Casarrubios y Carmen Plata y algunos exconcejales como la "desaparecida" María Jesús Fraile, "Susi", y Tomás Martín Morales, "el del Brass" o el "Roca de Boadilla", exconsejero delegado de la empresa Municipal del Suelo y la Vivienda de Boadilla del Monte e imputado por el caso Gürtel. Todo un elenco de personajes empujando al soplón hacia la "puerta de salida". Los hechos fueron noticia en su día, hace más de 24 años,  aunque la antigualla [cinta] magnetofónica está inédita aún en su totalidad. Entran los policías al despacho municipal. El sospechoso mismo, Óscar, sabiendo de su situación desesperada, se "señala" sin pudor. Toma la iniciativa y empieza la tragicómica escena. Música inicial de suspense para pasar luego, en brusca transición a alboroto de patio de vecinos. Casi como una zarzuela; con chulería:

ÓSCAR: Me gustaría saber vuestros nombres. ¿Los puedo saber?
POLICÍA NACIONAL: ¿Los nombres?
ÓSCAR: Sí
POLICÍA NACIONAL: ¿Y el carné profesional?
ÓSCAR: Sí
POLICÍA NACIONAL: Bueno, te doy el mío; mi compañero está en prácticas.
ÓSCAR: Ah, bueno… pues el suyo.
POLICIA NACIONAL: José Mxxxxo, carné profesional número tal y tal y tal (se oculta, aunque en la grabación suena nítido).
ÓSCAR: ¿Me puede enseñar la orden judicial?
POLICÍA NACIONAL: ¿La orden judicial de quéee?
ÓSCAR: Jose –dirigiéndose a José Luis Moreno-, tenemos una orden judicial para esto ¿no? Yo esto no lo sabía. Yo las pongo, vamos, no tengo ningún problema, pero ¿Hay orden para esto?
POLICÍA NACIONAL: Si...
JOSE LUIS MORENO: Yo dije que era voluntario…
POLICÍA NACIONAL: Sí,  sí; si no quieres ponerlas, no las pongas. Nosotros nos vamos y…
ÓSCAR: Yo, simplemente, esto… Yo mañana ante un juez las pongo, o sea que no tengo ningún problema. Lo único, es que pensaba… Es que para esto es necesario un procedimiento judicial como es procedente…
POLICÍA NACIONAL: Un  momento, esto es estrictamente voluntario; aquí no tenemos…, digamos que es que tenéis un problema interno y… 
ÓSCAR: Palencia (José Luis Vicente Palencia) me dijo que eran papeles lo que íbamos a ver hoy. 
JOSÉ LUIS MORENO: ¿Qué papeles?
ÓSCAR: Si, pero luego yo hablé con Palencia y me dijo que eran papeles. Yo esto delante de un juez yo las pongo; y lo digo delante de dos testigos, no tengo ningún problema.
JOSÉ LUIS MORENO: ¿Qué problema? Si esto es voluntario, sin problemas seguro. 
POLICÍA NACIONAL: ¿Entendemos que no hay problema?
JOSÉ LUIS MORENO: No, no…
ÓSCAR: Muy bien, perfecto.
POLICÍA NACIONAL: Lógicamente, ¿no?
ÓSCAR: Sí, sí. Como a mí, realmente, no me han explicado nada y no sé el contenido de la denuncia, pues claro, yo…
POLICÍA NACIONAL: Lógicamente, claro, entiende que nosotros hemos venido a requerimiento vuestro…
SEGUNDO POLICIA NACIONAL: Si hablando nos entendemos perfectamente, no hay ningún problema.
JOSÉ LUIS MORENO: Ninguno.
POLICÍA NACIONAL: Venga, pues nada. 
JOSÉ LUIS MORENO: ¿Te vas a quedar con esto? –mostrando la hoja con los datos de los policías.
ÓSCAR: No; se lo quedan ellos. ¿Tienes algo que comentarme?
JOSÉ LUIS MORENO: No, yo os dije que era voluntario y voluntariamente te has negado.
ÓSCAR: No, yo pensaba que había una orden judicial contra nosotros.
JOSÉ LUIS MORENO: Una orden judicial contra ti.
POLICÍAS NACIONALES: Adiós, señores (Se despiden viendo que el asunto va a peor).
ÓSCAR: Claro, es lo que yo había entendido. Y entonces, es me parecía…
TOMÁS MARTÍN: (gritando) Te estás delatando tú solo.
ÓSCAR: Tomás, no me estoy delatando. He dicho voluntariamente que mañana voy al juzgado y las pongo, eh..
TOMÁS MARTÍN: (gritando otra vez) ¡Te estaaás delatando tú solooo!
ÓSCAR: Yo voy mañana al juzgado y las pongo delante del juez.
JOSE LUIS VICENTE PALENCIA: (gritando también) Tú tenías que haber hecho lo mismo que nosotros.
ÓSCAR: Oye, oye, Tomás…
JOSÉ LUIS  MORENO: Oye, no pasa nada, yo dije que voluntariamente lo hicierais  y ya está.
ÓSCAR: Yo habré entendido mal las cosas porque Palencia me dijo a mí que la policía iba a poner huellas de los papeles que había encontrado.
JOSÉ LUIS VICENTE PALENCIA: No me cuentes rollos; a ti, Susi (María Jesús Fraile) te dijo lo mismo que nos ha dicho a todos.
JOSÉ LUIS MORENO: Perdona, en una reunión de grupo se os dijo a todos.
CARLOS GONZÁLEZ: Cada uno hace lo que quiere; esto es voluntario.
ÓSCAR: Oye Carlos, yo he dicho que voluntariamente voy al juez y las pongo.
TOMÁS MARTÍN: Te piensas que somos tontos…
ÓSCAR: Que somos tontos, de ¿qué? Yo estoy diciendo que delante del juez las pongo, no tengo ningún problema. Yo tuve un problema con la policía y no sé lo que van a hacer con esas huellas, ¿sabes? Directamente y ya está. Como tuve un problema…
TOMÁS MARTÍN: Ni tú te lo crees.
MARI CARMEN PLATA: Óscar, estos son profesionales.
ÓSCAR: Que sí, Mari Carmen, yo tuve un problema también con un profesional. Bueno, tío.
JOSÉ LUIS VICENTE PALENCIA: Es que n o me parece lógico. Somos nueve…
MARI CARMEN PLATA: ¿Qué ha pasado?
ÓSCAR: Yo he pedido la orden judicial y  me han dicho que no. Y me he ofrecido voluntariamente a ponerlas delante del Juez.
TOMÁS MARTÍN: Delante del juez,… (despectivo)
CARLOS GONZÁLEZ: (también despectivo) Delante del juez…
TOMÁS MARTÍN: (amenazante) Mira, cállate, es mejor que te calles.
ÓSCAR: Estoy diciendo que yo tuve un problema con un policía. ¿Sabes?
TOMÁS MARTÍN: (le interrumpe) Que no me cuentes rollos.
ÓSCAR: (sigue con su película) y como tuve un problema…
TOMÁS MARTÍN: (gritando y de forma despectiva) Que vale.
ÓSCAR: Que vale ¿no?, claro.
JOSÉ LUIS VICENTE PALENCIA: Te tenías que ir del grupo. 
ÓSCAR: Que ¿me tengo que ir del grupo?
JOSÉ LUIS CASARRUBIOS: No es el momento ni de analizarlo ni de decirlo.
MARI CARMEN PLATA: (Sigue defendiendo a la policía) Óscar, esos hombres no tienen nada que ver…
ÓSCAR: Carmen, a lo mejor estos hombres no tienen nada que ver
MARIA JESÚS FRAILE: Si esto era simplemente para continuar con una investigación.
ÓSCAR: Susi, -se dirige a María Jesús Fraile- si hay una investigación no hay ningún tipo de problema.
MARIA JESÚS FRAILE: Claro.
ÓSCAR: Pues entonces, pero a mí esto policías me dicen que no tienen nada que ver, que si es así han sido ellos los primeros que han dicho que no las ponga.
TOMÁS MARTÍN: Claro…
ÓSCAR: Así de claro, yo no he inculpado a nadie. Yo tuve un problema con un policía y a mí la policía me ha dicho que tal… pues ya está.
TOMÁS MARTÍN: Mira Óscar, que ya está bien.
ÓSCAR: Es que no me corto, que estoy diciendo que las pongo delante de un juez ¿De qué me estás hablando?
CARLOS GONZÁLEZ PEREIRA: ¿Qué juez?
ÓSCAR: Mira Tomás, no voy a entrar en provocaciones porque al final vamos a salir mal.
MARI CARMEN PLATA: Cállate, -dice dirigiéndose a Tomás Martín-. Mira, -a Óscar- esto es tan sencillo como que si hay una investigación seamos los primeros en…
ÓSCAR: No hay explicaciones, José Luis (le interpela a Vicente Palencia), no las hay. Si te estoy diciendo que delante de Moreno y de Ana (Ana Pareja) me he ofrecido voluntariamente; delante de un juez voy y las pongo. Y ya está…
CARLOS GONZÁLEZ PEREIRA: (interrumpiendo) Voluntaria estabas ahí…
ÓSCAR: (Sigue a pesar de la interrupción) ¿sabes?, y ya está. Yo tuve un problema y punto. Si yo os entiendo…
MARI CARMEN PLATA: (No se entiende lo que dice en la grabación) …
ÓSCAR: Pero los papeles, que yo sepa, nos han dicho que no los hemos tenido ninguno.
MARI CARMEN PLATA: Tienen que hacer pruebas, buscar huellas..
ÓSCAR: Entonces, ¿Somos sospechosos?
MARI CARMEN PLATA: No, todo lo contrario.
ÓSCAR: Pues entonces, eso es lo que quiero saber.
TOMÁS MARTÍN: Ahora, a mi criterio eres sospechoso.
ÓSCAR: Ah, a tu criterio.
TOMÁS MARTÍN: Desde la libertad que tengo y lo digo delante de mis compañeros, tú si lo eres. Tú lo eres, -señala con el dedo a Óscar.
ÓSCAR: ¿Quieres que entremos a discutir?
TOMÁS MARTÍN: No tengo nada que discutir contigo. Desde este día lo eres. 
ÓSCAR: Vale, pues ya está; yo me he ofrecido voluntario a ponerlas delante de un juez y ya está. Si lo quieres entender lo entiendes. Yo tuve un problema con un policía y ya está.
TOMÁS MARTÍN: Eso es una mentira y no te la crees ni tú.
ÓSCAR: Vale, Tomás, ya está.
JOSÉ LUIS VICENTE PALENCIA: Todos lo hacemos por colaborar ¿Tú te crees que a Tomás le gusta poner ahí sus huellas?
ÓSCAR: Pues entonces, colaborar, no…, no…
TOMÁS MARTÍN: Esto es la evidencia.
CARLOS GONZÁLEZ PEREIRA: Has pedido los datos a los policías.
ÓSCAR: Sí, solamente quería saber cómo se llamaban.
JOSÉ LUIS MORENO: Me parece una falta de educación que un concejal del PP… pedirle a un agente de policía, a un inspector los datos, tomar los nombres.
MARÍA JESÚS FRAILE: Y que están mandados por José Luis (se vuelve hacia José Luis Moreno).
ÓSCAR: Oye, que la hoja se ha quedado ahí.
JOSÉ LUIS MORENO: Se ha quedado porque no has puesto las huellas. El te los ha dado. Y se ha quedado alucinado, el hombre…
ÓSCAR: Yo también le he dado mi carné.
CARLOS GONZÁLEZ: Hombre estaría bueno, a un policía…
JOSÉ LUIS MORENO: Están colaborando con nosotros.
ÓSCAR: Colaborando o no, Jose, a mí no se me ha explicado nada. ¿eh? Se lo habrás explicado a otros, a mí no.
CARLOS GONZÁLEZ: Has estado en una reunión, en muchas reuniones y en una te hemos dicho nosotros lo que tenías que hacer.
TOMÁS MARTÍN: En la última estuvimos hasta las once de la noche.
ÓSCAR: Hablando de cinco temas
TOMÁS MARTÍN: No me cuentes rollos,  no me cuentes rollos…
CARLOS GONZÁLEZ: Hay un acta.
TOMÁS MARTÍN: No hay dios que te crea.
ÓSCAR: Te estoy diciendo que voy al juzgado, voy al juzgado y las pongo ¿sabes?
JOSÉ LUIS VICENTE PALENCIA: Lo que tienes que hacer es largarte del grupo; es lo que tienes que hacer y dejarnos tranquilos.
TOMÁS MARTÍN: Esto es vergonzoso. Estamos nueve concejales en piña y ahora, de repente, uno dice que no. ¡Lárgate, dimite ahora mismo!
ÓSCAR: ¡Voy a dimitir porque tú lo digas! Es que tú no entras en razones. Te estoy diciendo que yo delante del juez los pongo.
JOSÉ LUIS VICENTE PALENCIA: ¿Qué quieres, que te denunciemos y que te las pida un juez?
TOMÁS MARTÍN: Venga, por favor…
JOSÉ LUIS VICENTE PALENCIA: Que se vaya ahora y no  tenemos problemas dos años más.

[.../...]


17 de diciembre de 2012

El caso aparcamientos y el futuro [sobre todo] del PSOE


En los últimos días se ha desvelado que la jueza que lleva el caso de la concesión de los aparcamientos de Getafe ha imputado a Santos Vázquez Rabaz, exconcejal de Deportes y de Urbanismo del Ayuntamiento de Getafe. Cualquiera que siga la actualidad local, y sobre todo si ha profundizado sobre los hechos y el procedimiento, llega sin esfuerzo apenas a una sencilla conclusión. La lectura del Informe Aníbal posibilita afirmar que el proceso político y administrativo fue una gran chapuza que debería tener para la mayoría de los implicados la sanción que corresponda, aunque finalmente —mucho nos tememos— solo quede en la censura moral, el apercibimiento y la reprobación social.


A la vista de la documentación accesible nos surgía precisamente esa duda: ¿Por qué no estaban imputados todos los que eran [responsables]? La citación a Santos Vázquez responde en parte a nuestra pregunta; queda, a pesar de ello, la inquietud de que aún no está completo el reparto de los principales protagonistas. Y resta elucidar porqué el PP no implicó a toda la Junta de Gobierno que integraban PSOE e IU. Habrá que ayudarse con la imaginación o con suposiciones basadas en el tablero de la política local en el momento que se originaron los hechos.

Y conste, antes de seguir, para que nadie sospeche que nos guía la tendencia o la animadversión, que la imputación supone en realidad —jurídicamente hablando— un derecho: el derecho a defenderse de una acusación. Entre los que aún faltan por aparecer en los créditos, y que fueron figuras y actores destacados de la película que nos entretiene, están la presidenta en funciones de la Junta de Gobierno Local, Sara Hernández que, en ausencia de Pedro Castro, adjudicó las concesiones de obra, la concejala socialista Carmen Duque o el edil de Izquierda Unida, Alfonso Carmona.

También faltaba, aunque ya se ha subsanado ese olvido, el que en ese momento, —aún cuando no estuvo presente en el órgano de gobierno—, era el máximo responsable del urbanismo local: Santos Vázquez; y otros ediles que tampoco asistieron como Mónica Medina. Olvidémonos en relación con los hechos que se estiman del malogrado Sánchez-Coy. No meteremos al muerto en el entuerto, salvo que los vivos quieran echarle la culpa como pasa en los sainetes u operetas donde ha desaparecido el dinero y nadie dice ni pío.

Santos Vázquez era el concejal delegado, el responsable en aquellos días de vino y rosas del urbanismo getafense, fallido edil con ínfulas de sucesor a la cátedra de [sin san] Pedro antes de proclamarse, al sillón que controlaba y determinaba el interminable y suculento expolio de las arcas municipales a costa del desarrollo urbano de Getafe o en todo caso, si fuera posible y cupiera, una plaza en la mesa camilla donde se reunían los conseguidores socialistas y máximos beneficiarios del negocio urbanístico de Getafe.

Es posible que a la juez se le haya escapado la composición de la Junta de Gobierno, pero —pensamos nosotros siempre mal— que fueron los impulsores de la denuncia, Palencia y González, la dirección bicéfala del PP local en aquellos días, los que sustrajeron de los papeles, olvidando a propósito por alguna razón mezquina, el nombre de un par de importantes y comprobados responsables del desaguisado de los aparcamientos. Sara Hernández, preside la Junta de Gobierno Local y el otro, Santos Vázquez, aún ausentándose, figura y así se especifica en el acta, como miembro de ese órgano ejecutivo de la política municipal.

No habrá que rebuscar demasiado las razones de la actitud sesgada del PP local percibiendo enseguida que el olvido preconcebido se pergeñó en la imaginada conveniencia de José Luis Vicente y Carlos González, sobre todo del primero que tiene más chispa y agudeza política, para librar de la quema a los "enemigos internos" del clan de los Castro. Incluso se rumoreó en aquellas fechas iniciales del fregado, aunque no se pueda probar, —ni lo pretendemos—, que hubo más de una reunión entre el responsable de urbanismo del PP, Vicente Palencia, el del PSOE, Santos Vázquez, y la indómita Sara Hernández. Qué afición la de Santos a los almuerzos y las cenas conspirativas. Sara se mostraba, a espaldas de Pedro y apenas superada la adolescencia política, como albacea y heredera al frente de los destinos del PSOE getafense; los incondicionales del exalcalde aún tildan la deslealtad de la “niña” [Sara Hernández] de ingratitud política con su primer mentor y, sin tapujos, de traición. Y el viejo no estaba muerto ni mucho menos; ni siquiera mal enterrado.

Al PP local, incapaz de hacer mella en la muralla socialista, el asunto le venía como traje a medida para sus objetivos y estrategias. Aparecían rendijas, o grietas, que habrían de provocar finalmente el desmoronamiento del “chiringuito” de Castro: una hija indócil y levantisca que no iba a retirarse de la pelea sucesoria como sucediera antes con otros ahijados [políticos] de Pedro Castro como Paco Hita o David Lucas, y un abandonado y “envilecido” concejal de urbanismo por unos y por otros, por propios y por extraños.

Santos Vázquez resultó achicharrado con el explosivo embrollo que él mismo, copando el protagonismo, se encargó de magnificar y caldear: la expropiación de los terrenos de las cooperativas de PSG, la eterna justificación de las “10.000 viviendas protegidas” para que sus amigos siguieran con el negocio de las libres en El Rosón y, como detonante, las adjudicaciones de las parcelas de los Molinos Buenavista. A finales de 2008 dejó el Ayuntamiento de Getafe con el rabo entre las piernas, como un animal herido, indefenso, sin la salvaguarda de ninguno de sus compañeros; y más cabreado que un mono con el “mayoral” del cortijo, otrora benefactor, Pedro Castro. Santos “desfiló” por la puerta chica del coso getafense engañado por uno más listo que él; tiene guasa el hecho porque nos referimos a Super Damopín [David Moreno], el aciago alarife, inexperto y atrevido, más albañil que arquitecto, de las multitudinarias y desventuradas cooperativas Getafe Capital del Sur y Getafe Cuna de la Aviación Española y de su empresa, la gestora PSG [Propietarios de Suelo de Getafe]. Aún permanecen colgados en “la red” los vídeos con las grabaciones. Valore en lector por su cuenta la mermada capacidad política del exedil de urbanismo y su estúpida y compulsiva obsesión por expresar su verborrea y sus tonterías en el momento más inoportuno. ¡Mal pooo-lí-tico! Solo por eso, reconocer el chanchullo y el reparto en el concurso de las parcelas, aunque fuera “en privado”, que no es poca hazaña para un cargo público, tuvo que dejar su puesto al frente de urbanismo y emigrar a la agencia antidopaje, bajo las órdenes y el paraguas de su "amigo" Jaime Lissavetzky. Llevaba el rabo entre las piernas, sí, pero con un lucrativo destino y una plaza —de las buenas— de funcionario laboral entre las manos [Director Técnico de Deportes del Ayuntamiento de Getafe]; un cargo que ganó, todo hay que decirlo, gracias a su experiencia, meritoria o no, [en el ámbito de la gestión deportiva], y —suponemos también— con la aquiescencia de sus compañeros, el beneplácito de Pedro Castro y el empujoncito o ayuda conseguida en cualquier oposición “apañada” solo por ser un pez más o menos gordo afiliado al partido que gobierna —así se puede hacer gobierno y oposición. ¡Qué más da!

Sin embargo, la traición marca siempre su huella indeleble en el alma y en el futuro de los felones con la amenaza permanente de sufrir, ellos mismos en sus carnes, igual o parecido castigo. El que a hierro mata a hierro muere. Santos Vázquez ya está imputado: ha sido citado en el juzgado a finales del mes de enero de 2013. Sus compañeros, los que han declarado antes que él, Pedro Castro y José Manuel Vázquez (leñe, otra vez los VázquezSantos, Pedro y Zole—, tirándose de las greñas) han aclarado a la juez que el edil delegado de urbanismo cuando se adjudicaron las concesiones era el sin par Santos Vázquez; eso sí, sus compañeros han declarado con toda deportividad, sin acritud. Luego, tras desaparecer del espectro político de Getafe, fue Vázquez Sacristán [Zole] quien asumió la responsabilidad del urbanismo. Eso sí es puntería, para que digan.

El resto de los implicados han desaparecido prácticamente del escenario, ya sea política o, incluso, físicamente, ya cumpliesen como actores de reparto o como simples figurantes; es el caso, además del fallecido Ignacio Sánchez-Coy, de otros “muertos” [políticos, que conste] o “mal enterrados” como Carmen Duque, Mónica Medina y Alfonso Carmona.

No es el caso de Sara y de Santos. Hernández es la Secretaria General del PSOE local, una joven “mandamás” a la que le falta, no un hervor, un par de ellos, diríamos: capacidad política y liderazgo social. ¿Y qué tiene entonces? Sara se ha convertido en poco tiempo en una apuesta errada de Tomás Gómez [quizá sea eso lo que le interesa al errático líder del PSM] y en la renovada esperanza de Juan Soler para repetir una victoria que podría dejarle en los siguientes comicios como nuevo y absoluto dueño del cortijo [fuera de aquí no habrá demasiados puestos para escoger si Rajoy y el PP nacional siguen por la misma linde del desastre nacional]. Hay que recordar que Sara y Cristina eran, o siguen siendo, del mismo bando, facción, corriente o clan de la dirección del PSG [Partido Socialista de Getafe]. De hecho, Cristina sigue siendo Secretaria de Política Municipal de la Ejecutiva Local de los socialistas; y edil. Y, por lo que parece, no piensa dimitir de ninguno de los cargos. Un poquito de vergüenza, por favor.

Tras las últimas elecciones generales, el gobierno socialista, el zapaterismo y el rollo ese de la doble A [Agencia Antidopaje] se fueron a la porra. Santos Vázquez, denostado por las miles de familias afectadas por la PSG como edil mentiroso y corrupto, claramente fuera de la política representativa, ha tenido que regresar de nuevo a la Capital del Sur recuperando la plaza que tuvo la precaución de adjudicarse. De la misma manera que casi lo consigue igualmente “su amigo” Iván Blanco, asesor de deportes del gobierno local de Soler-Espiauba que lo intentó, aunque no le salió la jugada; y por partida doble: él y su mujer. Es que tienen un morro todos ellos...

Ahora y allí, en deportes, ha coincidido, además de con el tal Iván, con Carmen Plata, exconcejal de Vivienda y nueva responsable de la concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Getafe. Carmen Plata y Santos Vázquez son viejos conocidos de la corporación local donde coincidieron como ediles entre los años 1995 y1999. Uno al frente de Deportes y la otra en la oposición: en trincheras otrora enardecidas. Hoy, armonizados, en una misma línea política y un bien común; una ejecutando la política popular en deportes; y el otro ayudando y ayudándose. Tanto monta, monta tanto, la Plata como Santos. En idílica armonía. ¡Qué susto…!

Pero eso será tema para el siguiente articulito o para el siguiente y para el siguiente. Volviendo al caso de los aparcamientos, y como curiosidad, damos una pequeña estadística de los "actores principales” [los que partían el bacalao] en el caso aparcamientos. Los únicos que asistieron a las tres juntas de Gobierno Local en las que se votaron cuestiones del caso aparcamientos (julio de 2007, abril de 2009 y mayo de 2009) fueron Sara Hernández, David Castro y José Manuel Vázquez. Santos Vázquez no asistió a ninguna de las tres reuniones. Ausente en la primera, abandonó el cargo—sin honores— en 2008, pero era el delegado del área de urbanismo desde el mismo momento que se pergeñó el negocio. ¡Menuda pelota! Todavía le siguen cayendo piedras por su malograda y peculiar gestión al frente del urbanismo local. Pedro Castro solo estuvo en una de las tres juntas, la última; y no coincidió en ninguna de ellas con Cristina. ¡Cuánto sabe el viejo!

Todos son responsables solidarios de las decisiones de la Junta de Gobierno Local. Pero unos más que otros. Pensamos nosotros. ¿Qué le espera al Partido Socialista de Getafe a la vista de este proceso? Si se acusa formalmente a los imputados y se celebra un juicio, el PSOE local estaría al borde del desastre y, en todo caso, pase lo que pase, necesitado de una total regeneración. No valen Saras; ni medias tintas. En Getafe no hay oposición, a pesar de los esfuerzos de la fallida y rota UPyD.

28 de noviembre de 2012

El informe Aníbal

La decisión de la magistrada del Juzgado número 7 de Getafe, María de los Ángeles Velázquez Martín, de proseguir [a pesar del criterio de la fiscalía] con la instrucción del llamado caso aparcamientos de Getafe, está motivada, —sobre todo—, por el informe pericial del proceso administrativo sobre la concesión de obra sobre suelo público que efectuó Doña María Juana Martínez Aníbal-Álvarez, especialista en derecho administrativo, a mediados de este año de 2012.

El caso, visto desde fuera y con las informaciones que teníamos hasta el momento, parecía sujeto a las veleidades o parcialidades de la fiscalía en cada momento y al agobio del trabajo en los juzgados. Como la justicia anda siempre algo lenta y ambigua, nos hemos tenido que conformar, la mayoría de las veces, con el consuelo de la denuncia periodística. La ciudanía está harta de comprobar cómo los políticos, por regla general, salen indemnes de todo tipo de corruptelas y chanchullos que, con la excusa de la financiación irregular de los partidos políticos, solo ha servido la mayor parte de las veces para su lucro personal. Si la fiscalía ha intentado promover desde hace tiempo el archivo de la causa conocida como Caso Aparcamiento de Getafe, ha sido justamente por la ausencia de actuaciones dirigidas a esclarecer los hechos, por el escaso celo en la investigación o por la escandalosa parcialidad política de la justicia como ya acusó en su día el portavoz del Partido Popular cuando este era oposición en el Ayuntamiento de Getafe.

En parte, la “responsabilidad política” del éxito o fracaso de la causa habrá que adjudicársela a los anteriores responsables del Partido Popular a nivel local y, a nivel regional, a Salvador de Victoria Bolívar, entonces Presidente del Comité Jurídico del Partido Popular de Madrid y actual Consejero de Presidencia y Portavoz del Gobierno madrileño de Ignacio González. Si no hubiera sido por Victoria, difícilmente se habría dado el Caso Aparcamientos de Getafe. Se trata, casi, de un éxito personal en lo político y en lo jurídico.

Si prosiguen las diligencias previas, conste que aún son previas, todavía no se ha decidido la celebración de un juicio, con la declaración en el juzgado de la mayoría de los responsables de este desaguisado ha sido también por la actitud pulcra de la juez y por el informe de la experta en derecho administrativo. Desde luego, no por la fiscalía. Es probable que todo acabe en agua de borrajas. Que la previa acabe en nada y en su archivo; los imputados felices y los demás con un palmo de narices. Ni siquiera una reconvención, una bronca de aquí te espero, un veredicto puramente ético que no asegure la impunidad social de los que se han  aprovechado de la información privilegiada, de los que han organizado una red  para su provecho a cuenta de lo público, de los que han amparado la corruptela y el engaño, los que han hecho la vista gorda o de los que han propiciado con su ineptitud o falta de celo este tipo de desmanes. En todo caso, todo eso queda bajo la responsabilidad de la justicia. Los ciudadanos quedamos expectantes, obstinados contra el expolio de la clase política en las administraciones, y de los acuerdos bajo cuerda para dejar en el olvido determinadas actuaciones. Hoy por ti, mañana por mí. Es la sombra que no cesa: el desprestigio del sistema, de la clase política y de la judicial. La España del siglo XXI empieza a parecerse a la España del siglo XIX.

Del informe de María Juana Martínez Aníbal-Álvarez se deducen un buen número de irregularidades, todas ellas administrativas pero que podrían derivan hacia presuntas responsabilidades penales, presuntas mientras la juez no dicte sentencia. Es, además de una trama de corrupción orquestada desde la chapuza y la ignorancia, una tropelía santificada por el acuerdo de la Junta de Gobierno. Aunque ninguno de los miembros de la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Getafe que modificaron las condiciones y tomaron decisiones con respecto a la concesión de los Aparcamiento  supieran que el marido de la Concejala de Obras y sus padres eran miembros de los consejos rectores de las cooperativas adjudicatarias, no quita un ápice de su responsabilidad. Las decisiones de la Junta de Gobierno y de la Mesa de Contratación, salvo voto expreso en contra —que ningún cargo electo hizo y que solo tuvo algunas objeciones de Intervención y Secretaría— son solidarias; es responsabilidad de todos los integrantes del órgano de gobierno.

Si mantenemos algunas dudas son, precisamente, porqué no están citados todos los miembros de la Junta de Gobierno que aprobó las concesiones? ¿Por qué no está imputada, al igual que el resto la actual Secretaria General del PSOE? ¿Por qué o quién ha librado a Sara Hernández de la imputación que debe recaer sobre la totalidad de  la Junta de Gobierno Local? Ah,... misterios por resolver. Es probable que los que estuvieron al frente de este arreón del PP, en especial José Luis Vicente Palencia, contra el entonces alcalde, Pedro Castro, creyeran que podían salvar a Sara por ser más provechoso para sus propósitos, o porque era el eslabón más débil políticamente; o que se olvidaran intencionadamente que la responsabilidad es de la totalidad de la Junta de Gobierno, que para el resultado es lo mismo. Y más, si se confirma como ha dicho el mismo Pedro Castro, que la Junta de Gobierno que adjudicó las concesiones a las cooperativas del marido de la concejala de obras estaba presidida por la actual “líder” del PSOE; todo el mundo sabe que  el “viejo” siempre se tomaba las vacaciones en julio. Ello no quita que conociera y respaldase “el Plan Municipal de Aparcamientos”. Pero, pensamos, ¿habrá un acta con los presentes y con la deliberación? ¿O no?

Lo cierto es que ahora, con el PP en el gobierno municipal, tampoco se pide que se incluya a Sara Hernández en la causa ni se pide oficialmente que dimita con al resto de imputados; ni a ella ni a Silvia Uyarra, como presidenta de la Mesa de Contratación. ¿Tiene el actual gobierno municipal un doble rasero para la exigencia de responsabilidades de los implicados en el caso? ¿Viene mejor tener enfrente a la débil y oscura [políticamente] Sara Hernández antes que al viejo [en edad] pero inextinguible Pedro Castro?

Nunca habíamos leído un informe “oficial” tan preciso que haya radiografiado, diseccionado en profundidad, con un caso concreto y real, el deterioro administrativo y político en las postrimerías del gobierno municipal de Pedro Castro, acosado y agobiado por todo tipo de agregados y listillos y pelotas y chupópteros. Lo cual no le quita responsabilidad, política al menos. Ni a Sara Hernández, ni a José Manuel Vázquez Sacristán, ni a David Castro, etc. Si Cristina engañó a sus compañeros de partido y gobierno, o no les dijo nada, no están exentos de responsabilidad, ni se puede alegar ignorancia A la responsabilidad colectiva y solidaria del órgano de gobierno, habrá que resaltar la que merezca personalmente la exconcejala de obras, Cristina González, quien aseguró conocer que su marido y sus padres estaban en la cooperativa adjudicataria por la prensa. Hay que tener la cara muy dura. No hay ninguna duda de su condena, al menos moral y ética.

Si una decisión administrativa beneficia a unas personas físicas o jurídicas y perjudica a otras, a sabiendas de las consecuencias y de su perversidad, el delito parece claro. No hace falta ser un experto en derecho; si los beneficiarios son familiares afectados por la incompatibilidad y otros, que aún no siéndolo legalmente, como el padre y la madre, no debieron ser parte de una trama que solo merece la repulsa social y la condena moral, la cosa parece evidente. Si todo ello se enmarca en una lerda trama u operación para apropiarse ilegalmente de un negocio, sea cual sea el resultado del concurso,  santificando el chanchullo en varios ámbitos, pasando por encima de la ley, obviando los reglamentos que la regulan, las incompatibilidades, sin temor alguno a prevaricar [presuntamente todo ello, claro], a facilitar el tráfico de influencias,  al silencio cómplice de técnicos, y tararí, tararí, que te vi.

El informe da un repaso a toda la chapuza administrativa y política de la concesión de obras de los Aparcamientos sobre suelo público a lo largo de 55 páginas. Es muy duro. Y no deja títere con cabeza; y nos tendrá que disculpar el lector por usar esa expresión para aplicarla a la ignorante concejala de obras, que no sabía que sus padres y su marido pertenecían a los consejos rectores de la cooperativa; a su marido el cooperativista y empresario individual dedicado  al alquiler de naves, a la gestión inmobiliaria y a la administración de fincas; a sus padres, también cooperativistas, que nunca debieron implicarse para “ayudar” a su niña; a la empresa Roblepark, instrumento necesario del negocio y pésimo gestor, que cobró la gestión sin hacer su trabajo;  al exalcalde y todos los ediles que fueron miembros de la Junta de Gobierno Local y de la mesa de contratación; el letrado municipal que ni siquiera va a lo que tiene que ir; a los técnicos que han amparado con su justificación la posibilidad de truncar las concesiones, etc… ¿Todos títeres? Al menos parece que hubo ciertas advertencias tanto de la intervención como de la Secretaría. Eso disculpa en parte a esos técnicos pero condena aún más a los que tomaron la decisión. ¿Cómo se llama eso de hacerlo mal a sabiendas de que está mal?

Los contratos  de concesión de obras públicas adjudicados por el Ayuntamiento de Getafe en el año 2007 tienen la calificación de contratos administrativos típicos cuyo objeto consistía en la redacción de los proyectos, la construcción de las obras y la explotación de los aparcamientos subterráneos. Como ya dijimos en el anterior artículo dedicado al Plan Municipal de Aparcamientos, el Ayuntamiento, a través de la empresa pública GISA, que presidía David Castro, encargó a la empresa Roblepark, S.L. un estudio sobre la demanda y viabilidad de aparcamientos subterráneos en la ciudad bajo suelo público. De ahí surgió la posibilidad del negocio. Se prepararon los pliegos para que la adjudicación fuera fácil. Se aunaban las expectativas de las “cooperativas controladas” y la información privilegiada que tenía Roblepark, S.L. por la cual, además, había cobrado de GISA. ¿Una o dos veces?

Al concurso se presentaron las “cooperativas controladas” y otras empresas. Las cooperativas solucionaron la exigencia de la solvencia técnica, económica y financiera con un folio; como quien hace la cuenta la vieja. Tanto por cuanto, tal.   Las concesiones de obra fueron adjudicadas a las cooperativas a pesar de las deficiencias de la documentación presentada. El letrado municipal no fue. ¿Para qué? La falta de gente de confianza para este tipo de “pelotazos” hizo que al final, para controlar a la cooperativa que iba a hacer más garajes, Jilguero S. Coop. se tuviera que constituir con el esposo y los padres de la concejal de obras. ¡Qué mal está el PSOE de militantes! ¡Qué escasa de amiguetes estaba la edil! Una vez adjudicada, se modificaron las condiciones de la concesión en cuanto a la ampliación de las zonas de influencia de los garajes, aumentando el precio de las plazas y prorrogando en un cincuenta por ciento más el plazo de la concesión. ¡Eso es trampa! ¿A qué otra conclusión pueden  llegar las otras empresas que se presentaron al concurso? Los técnicos no veían ningún problema, salvo las advertencias de Intervención y Secretaría ya citadas. Eso las salva de la quema. Cuando falta dinero se le pide al ayuntamiento que avale,  intentando sortear el lógico riesgo que existe en cualquier negocio, y este lo era.

En resumen, yo me lo guiso y yo me lo como. Debajo de las plazas y espacios públicos, en el subsuelo, al igual que en algunos desarrollos urbanísticos los ediles socialistas seguían con las tesis marxista. La tierra, o el hueco que hacemos en ella, para el que se la trabaja.

Para no aburrir al lector, teniendo que seguir el guión además del informe de la técnica de la Comunidad de Madrid, hemos preferido “colgarlo” para que el lector, inteligente o desconfiado, pueda digerirlo por su cuenta. Sin los comentarios ácidos que me provocan estas porquerías del menú político.


María Juana Martínez Aníbal-Álvarez

El informe pericial está firmado por María Juana Martínez Aníbal-Álvarez. Esta funcionaria especialista en derecho administrativo, habilitada nacional, es Vocal del Tribunal Administrativo de Contratación Pública, dependiente de la Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, según acuerdo del Consejo de Gobierno de 28 de abril de 2011 publicado en el BOCM.

Desciende de una familia de relevantes artistas. Es tataranieta del escultor cordobés José Álvarez Cubero, autor de obras como “Ganímedes”, en la Escuela de San Fernando, o “Isabel de Braganza”, en el Museo del Prado; es biznieta de Aníbal Álvarez Bouquel, gran teórico de la Arquitectura, que proyectó algunos de sus mejores edificios en Madrid (Salón de Sesiones del Senado o el Palacio de Gaviria en la calle Arenal) y que en 1846 publicó el libro: "Teoría del arte arquitectónico"; María Juana es nieta igualmente del arquitecto, y catedrático la Escuela de Arquitectura de Madrid,  Manuel Aníbal Álvarez-Amoroso que intervino en las obras del Banco España entre 1882 y 1891 y proyectó, entre otros edificios, el Colegio del Pilar de Madrid y el Museo Numantino de Soria.

Así son los artistas: se van cambiando los apellidos por los nombres y mueven los guiones hacia donde les parece. Tan pronto el primero se llama José Cubero como que su hijo pasa a ser Aníbal Álvarez y, luego, el siguiente, Aníbal Álvarez-Amoroso y, después, Martínez Aníbal-Álvarez. ¡Cualquiera se aclara con el árbol genealógico de esta familia!


Ver o descargar  Informe Aníbal

Ver o descargar Adjudicación Junta de Gobierno 


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Fotografía de María Juana Martínez Aníbal-Álvarez. Fototeca de Enrique Alcalá Ortiz, Cronista Oficial de Priego (Córdoba).

16 de noviembre de 2012

Y volvieron a plantar árboles en 1913



La Sociedad España de Amigos del Árbol cumplió su promesa y volvió, al año siguiente, a realizar una nueva plantación de árboles. Hace ahora, 99 años. Favorecida por un espléndido día otoñal, de cielo puro y sol fuerte, la segunda fiesta del árbol en el Cerro de los Ángeles se celebró el domingo 30 de noviembre de 1913.


A la fiesta asistieron por primera vez los exploradores de España y repitió el batallón de María Cristina, ambos con sus respectivas bandas de música, los alumnos del Colegio de los Escolapios y los niños de las escuelas pública de Getafe, además de numerosísimo público.

La fiesta contó con la presencia del presidente de la Sociedad de Amigos del Árbol, José Sánchez Guerra, que acababa de ser nombrado Ministro de Gobernación hacía apenas un mes. Igualmente acudieron el también recién nombrado Ministro de Fomento, Francisco Javier Ugarte y Pagés, el alcalde de Madrid, vizconde de Eza, así como el alcalde de Getafe, el párroco de la Magdalena, el Juez de Instrucción y el resto de  autoridades civiles y militares de la localidad..

Por la tarde, acabado el almuerzo y realizada la plantación, varios aviadores del aeródromo de Cuatro Vientos, realizaron "preciosos y arriesgados vuelos de aeroplanos sobre el cerro", siendo acogida su presencia con infantil algarabía.

La brillantez del acto pretendía explicar la finalidad de la Fiesta del Árbol y la conveniencia de propagarla por todos los pueblos de España. Los árboles nos sobreviven.

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La fotografía que ilustra este recordatorio fue publicada por la revista Nuevo Mundo el día 4 de diciembre de 1913. El original, del cual la hemos reproducido, nos lo ha facilitado nuestro amigo Manuel Fernández.



11 de noviembre de 2012

La fiesta del árbol en el Cerro de los Ángeles de Getafe cumple 100 años

Ayer, día 10 de noviembre, se cumplían cien años de la fiesta del árbol que organizó la Sociedad Española de los Amigos del Árbol en el Cerro de los Ángeles. En aquellos primeros años de siglo XX, el cerro era un montículo pelado al sur de la capital del reino.

A margen de lo puramente anecdótico y pintoresco, el acto se organizó como una romería de exaltación política y patriótica con la correspondiente convocatoria a vecinos y autoridades municipales. Parece que la plantación tuvo lugar gracias al donativo de una importante dama, que —nosotros al menos— no hemos sido capaces de identificar;  Al esplendor de la jornada contribuyó también lo apacible de la temperatura que se disfrutó aquel domingo otoñal. La "fiesta" puede considerarse el inicio de la forestación de uno de los enclaves, al cabo de un siglo, más verdes del "inmediato pueblo de Getafe", refiriéndose la crónica periodística así al municipio por su condición de colindante con la Villa y Corte.

No habremos de esforzarnos en relatar lo que ya hizo la prensa en general al día siguiente del evento. Hemos optado por reproducir un artículo, sin firma, publicado al día siguiente en el ABC.

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"Los invitados a la fiesta, que eran muy numerosos, y entre los que figuraban algunas distinguidas damas, salieron de Madrid en dos trenes, que fueron recibidos en Getafe por las autorindades y por numerosas comisiones a los acordes de la banda de la localidad.

Entre los expedicionarios figuraban los exministros Sres. Sánchez Guerra y Aguilera, presidente el primero de la Sociedad Española de Amigos del Árbol; los ingenieros de Montes Sres. Codorniú, Deleyto y Madariaga; los diputados provinciales por el distrito, Sres. Sauquillo y Borrega, y los representantes de la prensa. También fueron a Getafe el batallón infantil y la banda de música del Asilo de María Cristina.

Los invitados se dirigieron en varios carruajes al santuario del Cerro de los Ángeles, en el que se dijo una misa solemne, al final de la cual pronunció una elocuente plática el virtuoso párroco de la localidad, D. Eugenio Nedeu. Terminada la misa, se sirvió un espléndido almuerzo que presidió el Sr. Sánchez Guerra, quien tenía a sus lados al alcalde de Getafe, Sr. Cervera; a los Sres. Aguilera, Codorniú y al párroco.

En otros puestos, además de las personas ya nombradas, tomaron asiento algunos concejales, el secretario del Ayuntamiento Sr. De Francisco; el coronel del Quinto montado de Artillería, de guarnición en Getafe, Sr. Souza y el jefe de la línea de la Guardia civil, Sr. Ferari. En el banquete no hubo brindis, y desde la mesa trasladáronse los comensales a las faldas del cerro en donde había de verificarse la plantación.

Antes de procederse a ésta, el batallón infantil de María Cristina hizo con gran precisión algunas evoluciones, y despues los marciales soldaditos, en unión de los alumnos del colegio de Escolapios, y acompañados de las dos bandas de música ya mencionadas, entonaron el himno a la bandera y el himno del árbol, que fueron acogidos con grandes aclamaciones por la muchedumbre apiñada en aquel lugar.

El aspecto que ofrecía el cerro no podía ser más pintoresco; casi todo el vecindario de Getafe habíase trasladado al cerro del santuario, y muchas familias daban fin a sus meriendas formando animados grupos en las laderas de la colina.

Cuando ya todo estuvo dispuesto para la plantación, cuyas operaciones fueron cuidadosamente inspeccionadas por los señores Codorniú y Madariaga, dióse a ella comienzo, siendo plantados simultáneamente los primeros árboles por los señores Sánchez Guerra, Aguilera, D. Tomás Costa, general Allendesalazar, Delyto, Romillo, por el alcalde y el párroco de Getafe, por las señoritas Carolina Codorniú, Maria Asunción Deleyto, Clara Madariaga, Aurelia Calleja, Natividad Herreros, Carmencita Suárez Inclán y Aguilera y por el niño José Luis Sauquillo. El resto de la plantación fue efectuado por los niños de las escuelas municipales, colegio de Escolapios y batallón infantil.

Fueron plantados en total 30 sóforas y 600 pinos; este año se plantarán el el mismo lugar 6.000 árboles más, y el proyecto de la Sociedad consiste en completar en años sucesivos la plantación de 50.000 árboles, la repoblación forestal del famoso cerro.

Desde uno de los balcones de la casa aneja a la ermita pronunciaron discursos el síndico del Ayuntamiento , D. Gregorio Sauquillo, para dar las gracias a la Sociedad de Amigos del Árbol por haber elegido a Getafe para celebrar la fiesta; el Sr. Nedeu y el padre Escolapio Felipe Estévez, para explicar el simbolismo de las fiestas del árbol, y el ingeniero de Montes, Sr. Herreros, para encarecer su importancia.

El Sr. Aguilera, en frases elocuentes, manifestó que actos de la índole del que se celebraba son los que contribuyen a a bvrir el ánimo a la esperanza, y dijo que el afán de todos, especialmente el de los madrileños, debe consistir en transformar las áridas y peladas llanuras del centro de la península en un vergel florido.

Añadió que la agricultura da la medida de la prosperidad de pueblos como el nuestro, en el que tanto puede influir la riqueza de su suelo privilegiado, y alentó a los niños allí congregados para que amen a los árboles. Terminó dando un viva a España, que fue clamorasamente respondido.

El Sr. Sánchez Guerra resumió en un hermoso discurso os que se habían pronunciado, y después de dirigir frases de gratitud al culto pueblo de Getafe por haber patrocinado y haberse asociado tan del buen grado a la iniciativa de los Amigos del Árbol, dijo que el lema de esta Sociedad es el de hacer la propaganda por medio de los hechos.

"España fue grande —dijo— cuando la religión y el patriotismo se juntaban para realizar obras grandes y para emprender conquistas en todos los órdenes, que hoy pudieran parecer arriesgadas. Reverdezcamos hoy esos laureles por medio del trabajo, que santifica aún las obras más humildes, y esto es lo que pretendemos inculcar en la juventud y en las nuevas generaciones".


Dijo a los niños que habían plantado los árboles que la fiesta no debía terminar al separarse los que a ella habían asistido, pues lo verificado ayer no debe ser más que el comienzo, y les animó para que, en lo sucesivo, cuiden y rieguen los árboles que habían plantado y se erijan en amparadores del arbolado, con lo que realizarán una labor humilde, pero patriótica por su finalidad.

Terminó dando vivas a España y al pueblo de Getafe, que fueron contestadas con entusiasmo. Todos los oradores fueron justamente aplaudidos por la compacta muchedumbre que se apiñaba ante el santuario.

Los expedicionarios, altamente satisfechos por lo grata que resultó la fiesta, y muy agradecidos por las atenciones de todo género que para ellos tuvieron el Ayuntamiento, las autoridades y el vecindario de Getafe, regresaron a Madrid por la noche".

(ABC. Lunes 11 de noviembre de 1912)


***


JOSE SÁNCHEZ GUERRA

La noticia de la plantación de árboles en Getafe tuvo una especial repercusión en toda la prensa. Y no era para menos, si se tenía en cuenta quién era el promotor del evento. La Sociedad Española de Amigos del Árbol estaba presidida por José Sánchez Guerra. Este peculiar político nació en Córdoba en 1859. Empezó su carrera política en 1886 como diputado por Cabra en representación del Partido Liberal de Sagasta. En 1902 se pasó al partido Conservador junto a Antonio Maura, manteniendo el escaño por Córdoba hasta 1918.

Fue Gobernador del Banco de España, Ministro de Gobernación en tres periodos, Ministro de Fomento, Ministro de la Guerra y Presidente del Consejo de Ministros. A pesar de su actitud crítica con Alfonso XIII, colaboró con la monarquía, se opuso con fuerza a la dictadura de Primo de Rivera y, finalmente, antes de retirarse de la política en 1931, dió su apoyo a las tesis republicanas.  

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José Sánchez Guerra aparece en la fotografía inmediatemente superior con su familia delante de uno de los árboles plantados el día 10 de noviembre de 1912 en el Cerro de los Ángeles. Más arriba, dos imágenes de ese mismo día. Las tres instantáneas fueron realizadas por Roldán para la revista Mundo Gráfico y publicadas en su número de 20 de noviembre de 1912. La imagen superior es un "pantallazo" de Google Maps.

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El Himno al Árbol al que se refiere en un momento el periodista del ABC sería posiblemente una curiosa pieza musical compuesta en 1896 por el maestro Chapí, con motivo de la primera celebración oficial del Día del Árbol en España.




21 de octubre de 2012

La soledad del corredor de fondo


“Y, cuando atravesaba los campos, supe cómo es la soledad del corredor de fondo, y me di cuenta de que para mí esta sensación era lo único honesto y verdadero que había en el mundo, y comprendí que esto no cambiaría nunca.”

LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO. Alan Sillitoe.

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, presidido por Ignacio González, acordó la semana pasada dar el cese a José L. Moreno Torres como Director General de Empleo de la Comunidad de Madrid.

El que fuera portavoz del grupo de concejales del PP en el Ayuntamiento de Getafe y varias veces contrincante de Pedro Castro en los comicios municipales, dejó el ámbito municipal en julio de 2007. Desde esa fecha ha ostentado los cargos de Director de Infraestructuras de la Consejería de Educación la Dirección General de Empleo de la Comunidad de Madrid. La reestructuración del gobierno regional, tras la marcha de Esperanza Aguirre, ha dejado a Moreno en situación de "disponible en cuartel".
Moreno, no era —políticamente hablando— del sector de Esperanza Aguirre y de Ignacio González, ni mucho menos, sino más bien, del contrario.

Desde sus inicios en el PP allá por los años 90, con un aspecto mucho más [digamos] liberal hasta su imagen actual de escritor progre, que pone en su boca poemas y citas de Sartre, hay toda una aventura política que ha desarrollado en paralelo con sus otras motivaciones más íntimas, como si tuviera que vivir a la fuerza en una dicotomía permanente, en dos universos paralelos en los que representan valores si no lejanos, a veces disociados.

El que fuera líder del "lado oscuro" del PP getafense ha publicado dos libros y mantiene el blog Cuando el silencio me llama; no encontró nada más parecido al título de la obra de Alan Sillitoe. De ahí hemos recogido las citas que ha plasmado los días anteriores y posteriores a su destitución como alto cargo de la Comunidad de Madrid. Muestra su posición, a punto de desfallecer, coqueteando con la soledad del corredor de fondo, aunque solo sea para renacer rodeado de amigos y seguidores —la mayoría virtuales—, no necesariamente afines, incluso falsos. Se muestra más individualista, desesperanzado por el colectivo, queriendo ampararse en su círculo más restringido, la familia y los que le sienten. ¡Es lo que tiene la política profesional! Un día estás ahí celebrando la publicación del nombramiento, incluso el cese, y, en otra infausta jornada, te encuentras relegado, falto de confianza, renegando incluso de la conveniencia de lo que haces o de lo que no haces ...

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Miércoles, 10 de octubre de 2012
Llevo dos días sin correr. Los acontecimientos me pueden y hoy ya no aguantaba más. Creo que esta carrera me ha venido genial y que al menos me ha hecho descargar algunas tensiones. 11.35 km. 1h:00:05

Viernes, 12 de octubre de 2012
Sólo puedo decir que era necesario, que me era vital hacer el running de hoy junto a mi hermano/primo Clemente, despejando mente, despejando ideas, desconectando y viviendo una media Maratón, tranquila, a un ritmo cómodo... Extraordinario homenaje a el Abuelo, hoy cumpliría años!!! 21.10 km. 1h:52:52

Sábado, 13 de octubre de 2012
Los caminos se escriben y pueden recorrerse de diferentes maneras, pero la vida de cada uno se la escribe él mismo.

Domingo, 14 de octubre de 2012
He vuelto a subir al Cerro en soledad. Necesitaba estos kms de meditación running y terminar encontrándome con Él. Estos días de running están siendo más necesarios en lo espiritual que en lo físico... 12.55km. 1h:07:40
Personas... La fuerza se genera caminando, nunca sentado.
La vida es un camino y de cada paso que damos al recorrerlo dejamos marcada una huella. Lo peor sería andar sin dejar ninguna marca en el suelo.
Lunes, 15 de octubre de 2012
Dice Sartre que... "Yo no soy el que he hecho de mí; soy el que he hecho a partir de lo que han hecho de mí."

Martes, 16 de octubre de 2012
Posiblemente lo mejor de uno mismo lo dejamos dónde no se merece.

Miércoles, 17 de octubre de 2012
Running 2012 y... 41: 45 km... uffff!!!
No estoy teniendo unas semanas muy buenas en lo personal, sin duda eso influye en lo deportivo. Curiosamente cuando peor está uno más debería ponerse las zapatillas y lanzarse a correr para ordenar las ideas, pero a veces la fuerza no sala, nos paraliza. Aún así he podido salir tres días y rematar con unos buenos kilómetros. La salida del viernes, junto a Clemente, fue algo más que espectacular: vital.

Jueves, 18 de octubre de 2012
Los hay que intentan constantemente someter a los demás. Los hay que intentan hacer sentir al de enfrente débil, inseguro. Los hay que tratan de humillar al resto por creerse por encima del mundo. No lo consiguen, simplemente pueden intentarlo, nunca hacerlo. Nadie es más que nadie.
Nunca se puede dar nada por supuesto, en el momento que se piense así habrás perdido.

Viernes, 19 de octubre de 2012
No voy a escribir lo que siento; tampoco voy a escribir lo que algunos esperan que escriba porque siento. Simplemente sabrán los que me sienten, cómo me encuentro.
Dice Carl Gustav Jung que..."Lo que niegas te somete. Lo que aceptas te transforma."

Sábado, 20 de octubre de 2012
Hasta ahora no me había dado cuenta que tal vez aquello por lo que pensaba y daba mi tiempo no correspondía con lo que me pensaba. En cambio lo que me pensaba no era correspondido con mi tiempo.

Del blog  Cuando el silencio me llama

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"En primer lugar, estos funcionarios asquerosos no son tan tontos como aparentan la mayor parte del tiempo y, en segundo lugar, yo tampoco lo soy tanto como para intentar huir mientras corro, porque escaparse y que luego le cojan a uno es un juego estúpido que a mí no me convence para nada".

(LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO)


Alan Sillitoe (1928-2010) está encasillado en la generación de escritores conocida como Angry Young Men (jóvenes iracundos o indignados). Su obra, teñida por el crudo realismo, retrató la vida de la clase trabajadora tras la Segunda Guerra Mundial. En 1958 escribió su famosa novela Sábado noche, domingo mañana, una historia sobre una familia en Nottingham; en 1959 publicó La soledad del corredor de fondo, un conjunto de relato con personajes indignados que escribió mientras residía en Alicante. En total, Sillitoe, que se consideraba más poeta que novelista, escribió más de 50 libros, entre ellos su autobiografía, publicada en 1995 con el nombre de Life Without Armour.

8 de octubre de 2012

La decadencia y los bárbaros

El juez Santiago Pedraz, al que alguno ha tachado –pretendiendo insultarle– de pijo ácrata, clase a la que [por cierto] aspira casi toda la clase política [y la no política], empezando por los pijos conservadores, pasando entre otros por los pijos socialistas "chic" y acabando con los pijos comunistas urbanitas,  ha lanzado una pedrada o más bien diremos una "pedrazada" en dirección al tejado de la clase política. Puede que sea como dicen una salida de tono, un exceso literario fuera del ámbito que le ocupaba; sin embargo, creo que la expresión es perfecta en su ámbito semántico, aunque no hay que descartar que quisiera decir otra cosa. Nunca se sabe. Ya lo explicará. Nosotros por si acaso, cogemos el diccionario. Decadencia: declive, deterioro, principio de debilidad y desintegración. ¡Quién duda que la imagen de la clase politica está deteriorada! Rafael Simancas, mal político pero con reflejos en la defensa corporativa, le espetó que seguramente habían quitado los espejos de la Audiencia Nacional.

Tampoco le quitaremos la razón a Rafa. Es poco probable que Pedraz hubiera querido o quisiese plasmar en el auto una observación más instrospectiva. Seguro que no se reconoce, y de hecho puede que no sea un juez decadente, aunque se olvida  que él mismo, y toda la judicatura, viven en una casa adosada a la de los políticos; todos ellos, estos últimos, víctimas del  presunto escarnio anarcojudicial, pero también los propios magistrados, los fiscales, los procuradores, los notarios, los registradores de la propiedad, y hasta los simples abogados entroncan sus raíces más íntimas en la carrera del derecho. Unos para hacer las leyes, para derogarlas, para hacerlas cumplir, incluso para defender a los que las incumplen, condenar o absolver. Ya lo decía la canción del pirata,... "qué quieres ser... ¿abogado? abogado no; no tienen corazón".

Los políticos no son una clase "decadente" [conste que esta entrada no les defiende, ni mucho menos], sino el reflejo cristalino de la propia sociedad, al igual que los jueces, los fiscales, los funcionarios, los periodistas, los escritores, los técnicos, los estudiantes, los obreros,... Es cierto que la mayoría de los desmanes de la cosa pública se deben a los que nos gobiernan en cualquiera de las administraciones, de cualquiera de los partidos que sean y de los que pudieran venir en el futuro. Pero también hay que pensar que esos desmanes y ese desgobierno lo hacen amparados en una cierta impunidad que les conceden los jueces y fiscales, más o menos amigos, y que otorgan los ciudadanos con una cierta desidia.

Es muy posible que todos seamos parte de una sociedad decadente, fragmentada en bandos irreconciliables, más atenta a las modas y a los vaivenes tecnológicos que al aprovisionamiento moral; más interesada en el cotilleo y en la queja que en el estudio y el trabajo; hipnotizada por estúpidas y horteras series de televisión; una sociedad adicta al esperpento social, a la tragicomedia y a la "amistad virtual" que se cifra y valora en los abultados números que se exhiben en las llamadas redes sociales; más interesada por los escupitajos verbales de esos descerebrados famosos que lideran los mentideros audiovisuales que por lo que sienten y cuentan los poetas o lo que plasman los pintores. Una sociedad fácil de manipular.

Pero eso, seamos justos, concierne solo a la mayoría; no la totalidad. Y concluiremos que, dado que la democracia es el gobierno de la mayoría, estamos gobernados por una clase política decadente, nos enjuicia una clase decadente, nos informa una clase periodística decadente, nos atiende una clase funcionarial decadente, y así hasta que acabemos con el último grupito.

El imperio de occidente se hunde, Sr. Pedraz; y usted, afortunadamente, es uno de esos pocos visionarios privilegiados, o lo parece, exentos de las debilidades de esta sociedad decadente. ¿Cuántos hombres y mujeres sin debilidades quieren gobernar o juzgar este país, esta región, este pueblo? El nuevo superjuez parece que ha vislumbrado un final más o menos cercano a este modelo de sociedad. Más tarde llegarán los bárbaros. "[...] qué cierta es la derrota. Arriba, en las murallas ya ha empezado la elegía. Llora la memoria y la pasión de nuestros días..." *



 Esperando a los bárbaros **

¿Qué esperamos agrupados en el foro?

        Hoy llegan los bárbaros.

¿Por qué inactivo está el Senado
e inmóviles los senadores no legislan?

        Porque hoy llegan los bárbaros.

¿Qué leyes votarán los senadores?

         Cuando los bárbaros lleguen darán la ley

¿Por qué nuestro emperador dejó su lecho al alba,
y en la puerta mayor espera ahora sentado
en su trono, coronado y solemne?

         Porque hoy llegan los bárbaros.
        Nuestro emperador aguarda para recibir
        a su jefe. Al que hará entrega
        de un largo pergamino. En él
        escritas hay muchas dignidades y títulos.

¿Por qué los cónsules y los pretores visten
sus rojas togas, de finos brocados;
y lucen brazaletes de amatistas,
y refulgentes anillos de esmerandas espléndidas?
¿Por qué ostentan bastones maravillosamente cincelados
en oro y plata, signos de su poder?

         Porque hoy llegan los bárbaros
         y todas esas cosas deslumbran a los bárbaros.

¿Por qué no acuden como siempre nuestros ilustres oradores
a brindarnos el chorro feliz de su elocuencia?

         Porque hoy llegan los bárbaros
         que odian la retórica y los largos discursos.

¿Por qué de pronto esa inquietud
y movimiento? (Cuánta gravedad en los rostros.)
¡Por qué vacía la multitud calles y plazas,
y sombría regresa a sus moradas?

        Porque la noche cae y no llegan los bárbaros.
        Y gente venida desde la frontera
        afirma que ya no hay bárbaros.

¿Y qué será de nosotros sin bárbaros?

        Quizá ellos fueran una solución después de todo



* Fragmento del poema Troyanos. (1905). Poesías completas. Konstantino Kavafis. Editorial Hiperión. Traducción de José María Álvarez
** Esperando a los bárbaros. (1904). Del mismo libro.