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4 de octubre de 2010

El Getafe Beta de baloncesto y los valores del deporte base

El caso del cadete Fer

Sirva, de antemano, como advertencia al lector que este artículo, aún basado en hechos reales y fácilmente verificables, no es imparcial [tal cosa no existe] pues trata de mí, de mi hijo y de una parte de nuestro mundo, de asuntos que nos afectan para bien y para mal, de mi condena a vagar por esos pabellones y polideportivos de dios y de su amor por el baloncesto. Partamos, como principio ineludible, de que la objetividad no existe; todo está afectado por el tipo de experiencia, positiva o negativa, el trabajo, el esfuerzo, las influencias exteriores, la generosidad o los intereses más o menos mezquinos, los condicionantes sociales, las necesidades económicas, el talento, etcétera, etcétera … No hay mirada objetiva. Ni siquiera la de la máquina digital que maneja el hombre, el encuadre, la hora, la luz, el color, y mucho menos el texto que se hila, palabra a palabra, en la que una sustituye a otra, el adjetivo por su sinónimo, se cambia el verbo, pero no es igual, aún significando lo mismo, decimos otra cosa, con otros matices, otro tono,…

Durante la pasada temporada (2009-2010), Fernando, mi hijo, formó parte del equipo cadete B de la Agrupación Deportiva Getafe Beta de baloncesto. Una actividad que le supone un esfuerzo extraordinario que sólo se puede sobrelleva con una afición desmedida por la práctica del básquet. Durante años, tras salir de clase, a las cinco de la tarde (el curso pasado en tercero de la ESO), ha acudido tres días a la semana a un duro entrenamiento en equipos que [además] competían, generalmente los sábados, en la categoría de federado de la Comunidad de Madrid; primero en el Club Deportivo Aristos y, este último año, en el Getafe Beta.


La temporada acabó de manera excepcional. El resumen del entrenador del quipo [Fernando Martín Monar] es visible en el número de junio de la revista que editan los padres del Getafe Beta. El verano llegó y el cadete Fernando se marchó a disfrutar de sus merecidas vacaciones. Curso bien aprobado y excelente temporada deportiva. Azul, mar y cielo. Amigos, playa y… [carajo de deporte, niño] más baloncesto [Campus Tecnificación del CB Calpe].

Que no se follen a tu madre

Tras el verano, el 30 de agosto [Fer] se incorporó de nuevo a la disciplina del Getafe Beta. El entrenador de la pasada temporada se había marchado por motivos laborales. El nuevo “míster” del Getafe Beta cadete apareció el martes día catorce de septiembre procedente del Real Canoe CN, uno de los clubes más prestigiosos de Madrid. En su segundo entrenamiento, el jueves día 16, mi hijo salió del polideportivo de Buenavista llorando desconsoladamente. No hay nada peor que ver a tu hijo de quince años, casi un hombre, llorar como un niño. El nuevo le había echado del equipo en su segunda sesión de entrenamiento. Literalmente. Incrédulo, [estaba a la salida del pabellón] me acerqué para hablar con él.

Rogelio [que así se llama el sujeto] es un tipo bajito y calvo; antítesis de la figura de un jugador de baloncesto, pero bueno… se sabrá la teoría. Le requerí una explicación. Tras los cristales de sus gafas me miraba con ojos acuosos, entre desconcertado y ausente, por mi exigencia o mi solicitud de explicaciones. Lo han “cortado”, me dice. Y se calla.

Al cadete Fernando “lo han cortado”. No entiendo el tecnicismo expresado de esa manera tan impersonal. ¿Qué significa eso y quién le ha cortado? … Bueno, tararí, tararí, tan tín… Cuento hasta tres para no chillarle. Me mira como el pescado en la nevera, como esos peces que tras cuatro o cinco días en el mostrador del supermercado, inertes y resbaladizos, saludan a los clientes habituales..."Bueno, le han cortado, bueno que no llega al nivel requerido, el club, yo… con los informes del club, de los entrenadores”. No hay más explicaciones.

Me voy irritado. El tipo también se va, mientras habla con el móvil, en dirección a su mini transporte, uno de esos carricoches para los que no se necesita carné de conducir,… “vaya, no tiene carné o se lo han quitado…” ¡Qué tipo más oscuro, escondido, casi emboscado, tras sus vidrios, y torvo, para confiarle una parte de la educación de mi hijo.

Le pregunto a Fernando por el entrenador. Me dice que bien, que no tanto como el anterior pero que es bueno… “Nos ha enseñado la primer táctica para defender la zona”. Mi hijo se ríe [pone cara de pícaro]. Ha insistido en que "tenemos estar atentos, y defender mejor; que cuando un contrario se mete en nuestra zona, es como si se follaran a nuestras madres”. Y dice, se vuelve a reir, nos ha chillado, “tenéis que tener cuidado, ser más duros , para que no se follen a vuestras mamás...”. Fer sonríe con cara de pillo. ¡Qué inocencia la de estos muchachos adolescentes! A mí no me parece nada gracioso.

La comparación es grotesca, propia de alguien con un complejo de Edipo subido de tono, alguien que no tiene recursos propios [decentes] para generar valores ni que, claro, puede estar al cargo de la formación [ni siquiera deportiva] de diez o doce chicos; ni un solo minuto. Menos mal que no les dijo que cuando un contrario se cuele en su zona es como si se follaran a sus novias porque en algún partido, de esos que han de perder necesariamente [nunca se gana todo], los muchachos se enfadarían con el descaro de los contrarios, llegando incluso a la agresión, o enredarse entre ellos como una jauría de ciervos solteros. Generalmente lo que pasa en el vestuario queda allí; salvo casos excepcionales como el que nos ocupa. Su primera clase como entrenador fue un auténtico despropósito. Espero que en la tercera, o siguientes clases no les haya enseñado lo que pasa cuando son ellos los que llegan hasta la zona de los contrarios. Siguiendo con la misma alegoría o parábola, albricias, alcanzarán gozosamente el regazo de las madres de los contrarios. Menudo lío sexual… esto del baloncesto.

Y a tipos como este, aunque tengan el título de entrenadores, les pagan para que maleduquen a nuestros jóvenes con el dinero del Ayuntamiento [con el dinero de todos]. Es terrible.

Sin embargo, Fer quería seguir entrenando y compitiendo junto a los que han sido sus compañeros durante el último año. No hay manera de hacerlo desistir, ni siquiera tras mi enfado con el cara de pescado. Algunos de sus compañeros vinieron a casa para consolarlo. A pesar de su bello gesto, no estaba en sus manos modificar una decisión del club inexplicable. La rebelión la dejaremos para más adelante. Casi son niños, chicos, aunque tengan ya la voz de hombre recién aparecida y pelos en los sobacos.

Yo me acuso

A la vista de los acontecimientos, esa misma noche decidí pedir un favor. Nada de lo humano me es ajeno. Eso es. Sí, utilizar [o intentarlo] mis pocas influencias con algún conocido que pudiera llegar al club sin presionar excesivamente, sin que se notara mucho este desliz mío. Nunca en mi vida he pedido algo que no me corresponda. Bien podría haber acudido al edil de Deportes, incluso al alcalde [dirá que porqué no lo hice]; con lo fácil que es… Sin embargo utilicé la vía de un ex concejal [socialista], hoy fuera del ámbito municipal, al que conozco por haber trabajado con él hace casi treinta años. Es, además, autor de un libro de baloncesto, responsable deportivo de este municipio durante años [también de urbanismo] y conocedor de ese ambientillo deportivo. Perfecto. Me parecía la vía más oportuna y menos prepotente para implicarme de una vez por todas en el tráfico de influencias a nivel local. Ese conocido mío es Santos Vázquez, como habrán adivinado. ¿No era posible mantener esa ficha? Han “fichado” dos chavales de Pinto, que no está mal, pero echar a uno de Getafe…, y además, a lo mejor habría hueco todavía…

A la media hora, mi “contacto” me dijo que estaba arreglado. Al parecer –no lo sé exactamente–, no ha querido contármelo, había hablado con el presidente del club, Enrique Macías, y solventado. Aún quedaba una ficha libre. Pues listo. Gracias Santos. Sólo tenía que esperar una llamada y… a entrenar.
Pasó el viernes [17 de septiembre] sin novedades. El sábado y el domingo, los dejé pasar. No había motivo de inquietud; Santos [creía yo] tiene mano en el deporte local [ignorante de mí]. El lunes 20, pasado el medio día, lancé un SMS, casi como un SOS: “No me ha llamado nadie”. Respuesta casi inmediata: “Llama tú a Iván Blanco, teléfono tal tal y tal y tal…” Vale. Tras dos o tres intentos consigo quedar a las seis y media en el Bar Plaza, frente al Ayuntamiento de Getafe. No hay clientes sólo el dueño y un par de camareros. Y se van a enterar de todo.

Se presenta en su lugar Pedro José Miota [en la fotografía inferior salundando al alcalde junto a Enrique Macías] y me dice que ahora viene el tal Iván Blanco. Llega. Tengo un mal presagio; dos miembros del club para decirme cómo volverá Fernando al equipo me parece demasiado ejército. ¿Dos tipos para hacerse cargo de un favor…? Me explican que el problema es que durante el verano cuatro o cinco jugadores del Getafe Beta se apuntaron al campus del Club Deportivo Aristos y que finalmente se habían ido… No es posible tener dos equipos en la categoría cadete como el año pasado… A tu hijo le “han cortado”. La cosa no va nada bien.

Es la segunda vez que me espetan, como una navajada, esa famosa expresión. Y además, parece, así dicho de manera tan desangelada, que algún burócrata, lejos de la realidad, ha tomado una decisión de cirujano, ajustada a la necesidad. Les digo, que no lo entiendo. Que en el equipo, mi hijo no es el peor [puede que sea cariño de padre, pero así lo creo realmente], no será ningún Gasol o Calderón pero tiene la tenacidad y la capacidad de sacrificio para estar en ese equipo como estuvo durante toda la temporada anterior. Además no me parece lógico que vengan dos o tres chicos de Pinto y que echen a uno de Getafe. Este, el desterrado, ¿tendrá que ir a Alcorcón, a Leganés, a Parla, o…, incluso, a Pinto para practicar un deporte? ¿Para qué valen los impuestos que pagamos en Getafe?

Yo, la verdad, he pedido un favor a alguien y por eso estoy aquí… No trato de polemizar. El entrenador del año pasado dice que no sabe nada, pero que eso, dejar a un chico el 20 de septiembre sin equipo es una putada… "¡Hombre no se lo hemos dicho el día veinte, el entrenador se lo dijo el día 16!", me contestan. ¿A las 8 de la noche del jueves 16 de septiembre? Eso se lo teníais que haber comunicado en el mes de junio, o el 30 de agosto,…

Serían, son o serán

Hay veces que uno escucha algo sin creer, y mucho menos asimilar, lo que oye. Pedro e Iván, jugadores y entrenadores mediocres de baloncesto [vistos sus empleos y ocupaciones], me dicen textualmente “que serían unos mierdas si mi hijo volviera al equipo”. Si el Bar Plaza se hubiera rajado y me hubieran arrojado a las llamas del infierno, no me hubiera prendido con el acaloramiento que me subió desde la punta de los pies. Y siguen: “A nosotros lo que nos preocupa es el Club, no un jugador o un equipo…”

Aquí se acaba la reunión. Sólo necesito despedirme. "¿Sabéis? No seríais unos mierdas. Lo sois; a mí lo que me preocupa es mi hijo; las personas son mucho más importantes que vuestras navajas de cortar muchachos”.

Fer, y yo, hemos recorrido Alcorcón (imagínense), Fuenlabrada, Leganés y otros equipos de Getafe en busca de un hueco para competir. Todos están completos. Ningún club, ni entrenador sensato, va a desterrar a un chico del lugar para que desembarque un extraño de Getafe. Si quiere, puede entrenar; claro y, los sábados, aplaudir. Si no puedes lo que quieres, tendrás que querer lo que puedes. ¿No?

El águila no caza moscas

El águila no caza moscas… [decían los romanos] pero, a veces, uno ha de bajar hasta la porquería y es, precisamente allí, donde te encuentras las moscas. El deporte base, el amateur, tiene cosas hermosas y emocionantes. Sin embargo, como cualquier actividad humana, está sujeto a las consideraciones y arbitrariedades de algunas personas que creyéndose, sin nada que lo justifique, unos auténticos portentos son capaces de anular y perjudicar a simples muchachos. Ellos mismos no son ejemplo de talento; quizás sí de una presunta honestidad y rectitud que les impide cambiar una decisión que todo los clubes donde se ha intentado buscar una plaza los últimos días de septiembre han calificado como una auténtica putada, propia de saltacanastas y botapelotas que, además, viven de la subvención municipal, de nuestros impuestos; sin el talento ni el coraje para ofrecer soluciones sin tener que echar arbitrariamente chavales de los diferentes equipos.

No sólo ha sido Fer el chico desterrado; hay más niños expulsados, además de los que se fueron antes de que los “cortaran” (otros cinco o seis que conozcamos). ¿Es necesario un debate sobre los valores del deporte en las categorías inferiores?

Parece que sí; aunque no divagaré en exceso sobre conceptos muy claros para cualquiera como el talento, el esfuerzo o la motivación; ni siquiera sobre los valores que no deben faltar en el deporte de base como el respeto al adversario, la deportividad, el compañerismo y la superación personal, evitando el uso de la violencia física y verbal. En resumen, aquello que convertirá a los niños en personas listas para su incorporación en la sociedad adulta. Llevaré unos ocho o diez años viendo baloncesto [base] de Getafe. Y aún después de todo ese tiempo, observando chicos que han jugado en lo más alto de ese deporte a nivel local e cada una de las categorías [ desde alevín hasta cadete] no he podido reparar en ninguno con el suficiente talento, ni las condiciones físicas y mentales, para llegar más allá de la práctica amateur de un deporte, cuestión esta, por sí misma, sin más aditamentos ni objetivos, fantástica cuando hablamos de niños y jóvenes. He tenido ocasión de conocer a muchos chicos capaces de dar lo mejor de ellos y alcanzar cotas de autosatisfacción y de orgullo de sus familias.

Sin embargo, me atrevo a decir, ninguno llegará a la ACB, ni mucho menos a las siglas americanas del básquet profesional. Y eso que un par de veces, los equipos en que ha militado Fer, han ascendido de categoría, luchando en los play offs entre los 16 mejores equipos de la Comunidad de Madrid. Han sido grupos excepcionales, más por su relación como grupo y compenetración, que por el talento o habilidad de sus jugadores a nivel individual. ¿Qué razón tan vacía puede haber para desdeñar a un joven que lleva diez años practicando el baloncesto y que a pesar de algunas actitudes tan asquerosas está dispuesto a seguir utilizando su poco tiempo libre en lo mismo?



 
El modelo deportivo socialista

¿Cómo es posible que estos presuntos educadores deportivos del Getafe Beta, a los que el ayuntamiento les tiene encomendada una labor deportiva y social [la gestión del baloncesto local] desmerezcan a los jóvenes de nuestra localidad de esta manera? ¿Quién controla la filosofía del club? ¿De verdad se puede comparar el que un adversario o contrincante entre en la zona de una cancha con que “se follen” a tu madre? ¿Qué se la follen o que la violen?

La Agrupación Deportiva Getafe Beta está presidida por Enrique Macías Borrego [hijo de Diego Macías], responsable de la secretaría de deportes del PSOE local. Además, “Quique” Macías, fue en décimo quinta posición, en las listas del PSOE en los últimos comicios locales; es miembro, igualmente, del Consejo de Barrio de Getafe Norte (por el PSOE). A la vista del desaguisado e incoherencia del club, se podría decir que no manda un pimiento, aunque figure, como presidente en la estructura del Getafe Beta. Sólo es una justificación, una plataforma política para encaramarse en algún puesto con posibilidades en las próximas elecciones; a cambio, adjudicar al club subvenciones de miles de euros todos los años. Se trata, por desgracia, de una de las figuras emergentes de la política local. Parece que cada vez vamos a peor.

Durante algunos años, aún se puede ver en la página web, el club ha contado con el patrocinio de la empresa inmobiliaria Espacio 2000, SA. Este padrinazgo, nunca mejor dicho, está motivado en las relaciones a cuenta de Cuba entre el padre del presidente, Diego Macías, presidente de la ONG socialista Atemun, y uno de los propietarios de la empresa mencionada, Lorenzo Higuera. Ambos coincidieron en lo que ya, en su día, denominamos Conexión Guanabacoa.

En realidad, el que maneja el cotarro del Getafe Beta es el tal Iván Blanco, un personaje que anda zascandileando por lugares diversos. Además de controlar el Getafe Beta [coordinador], es el responsable del equipo E.B.A. (ahora vinculado al Fuenlabrada) y ha sido –la temporada pasada al menos–, entrenador del cadete del Real Canoe (como el tal Rogelio). También “rasca” algo con los equipos menores de la federación madrileña como segundón de entrenadores.


La Agrupación Deportiva Getafe Beta tiene el mismo domicilio social que una empresa de Iván Blanco denominada Netleading SL, donde al parece también vive, según puede desprenderse de la información que ofrece tanto la página web del Ayuntamiento de Getafe como el Registro Mercantil de Madrid.

El club se financia, sobre todo, con la subvención del Ayuntamiento de Getafe que recibe cada año en base al convenio firmado por el alcalde Pedro Castro y el Presidente del Getafe Beta, Enrique Macías. En 2010, su importe asciende a 130.000 euros, casi el doble de lo que recauda por su cuenta; el club cobra a cada jugador 250 euros ( el año pasado había 300 según datos de la web del club). Tiene las instalaciones, la luz y el mantenimiento a costa de nuestros impuestos. No es, podemos afirmar, un club privado [como el CD Aristos] que pueda hacer lo que quiera. Ha de rendir cuentas, no solo a los padres de los jugadores, sino al resto de vecinos, de su política social y deportiva, de su presupuesto y de sus decisiones.

Desde nuestra posición, no ya como padre humillado por los responsables del club, sino como ciudadano que paga sus impuestos en Getafe vamos a exigir al Ayuntamiento un mayor control sobre la actividad del club subvencionado. Vamos a exigir que se cumpla el convenio. Y además, vamos a a solicitar al Ayuntamiento de Getafe, aunque nuestro hijo no esté ni vaya a estar nunca bajo la disciplina de entrenadores como los que dirigen este club, que exija a la Agrupación Deportiva Getafe Beta la expulsión inmediata del entrenador del equipo cadete. ¡Háganles un favor a los chicos! No permitan que nadie intoxique sus cabecitas de adolescentes con lecciones basadas en una filosofía trasnochada, sexista [machista] y enfermiza.