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15 de agosto de 2014

Indignado con coche de lujo


La fotografía, por sí sola, explica la realidad del país; y  la estulticia o la ignorancia de algunos. Además de manifestarse contra el sistema, exhibe sin pudor el soporte publicitario de lujo que usa y que, seguramente, ganó durante los felices años de la burbuja. Alguna actividad lucrativa empresarial o comercial le catapultó al éxito; ahora, en época  de vacas flacas, renqueando tras interminables años de crisis, el indignado propietario de este 'Lexus' se ha sumado al movimiento que preconiza el final del bipartidismo con un contundente eslogan: «deja ya de jugar al pin-pon», refiriéndose —en concreto— al PP y al PSOE.

Es curioso, cuando menos, el medio de comunicación elegido. La  mayoría de los 'indignados', que ahora 'pueden o podrán', utilizan el altavoz que les han prestado algunos medios de comunicación,  las redes sociales, la política 3.0 y algunas estúpidas tertulias televisivas. Este, sin embargo, sin otra posibilidad —no 'podrá' tal vez—  ha emprendido la guerra por su cuenta y utiliza como pancarta o  valla publicitaria la chapa de su automóvil de lujo. Podía haber utilizado un cacharro viejo y destartalado, un  modesto 'Seat Ibiza',  un 'Hiunday i-20' o incluso un 'Toyota Yaris'; pero no. Muestra su escaso ideario político y hace proselitismo con un mensaje en su vehículo de 'alta gama'.  ¡Cómo son algunos de estos indignados, empresarios o comerciantes venidos a menos, en otro tiempo ricos y exitosos ciudadanos!

Se sabe que las revoluciones las prevén los filósofos, los visionarios y los adelantados sociales, las cosechan, sobre el terreno abonado previamente,  los 'listillos'  y algunos miembros de la clase universitaria más releída y 'progre', siempre en nombre y representación de los pobres, obreros, campesinos, clase media, 'perroflautas' o, incluso, de burgueses 'indignados'. A esas revoluciones, nacidas de la imperiosa necesidad de un nuevo tiempo, las esquilma la renovada clase dirigente, la 'vanguardia' del pueblo ignorante. Nadie duda, por lo que la historia muestra, que estos iluminados del colectivismo acabarán aprovechándose de los flamantes ciudadanos y  lucrándose con los mismos delitos de siempre pero en un nuevo sistema.   Consustancial a la condición humana.

La interminable crisis ha conseguido expandir el desánimo hasta las últimas y más recónditas celdillas de la sociedad,  provocando de manera inexorable la irrupción de podemistas, indignados, movimientos asamblearios y otras  'mareas' de colorines.  El éxito de 'Podemos' y su 'revolcón', no revolución, contra la 'casta' ha estigmatizado a los 'esos' partidos  [PP, PSOE, UPyD, IU y otros], bajo la sospecha de corrupción generalizada. Se lanza, a la vez,  el mensaje de la increíble honestidad de los círculos de indignados; ahora,  nadie tiene un padre, una hermana, un primo, un familiar lejano, ni siquiera un amigo, que sea parte de la ignominiosa 'casta'.  Y, al contrario, siguiendo la falsa lógica de las consignas del nuevo movimiento, todos los 'podemistas' son, —y serán, se supone— gente honrada, abnegados ciudadanos que cobrarán lo justo por su dedicación a lo público, que respetarán los derechos de los disidentes, garantes de la libertad de prensa y de asociación, incapaces de recibir sobornos, inmunes a la codicia, vacunados contra la tentación del dinero fácil, impermeables a lo que el resto de mortales considera la buena vida; y que nunca recibirán regalos ni  comisiones por sus decisiones, ni para ellos ni para  financiar irregularmente al partido, ciudadanos que repudiarán el nepotismo, tan claros y transparentes que no se beneficiarán con información privilegiada, negados por convicción a las corruptelas urbanísticas, a la arbitrariedad, la prevaricación, el expolio y saqueo de lo público o al latrocinio sin contemplaciones... Nadie. Ninguno de ellos cometerá pecado alguno contra el pueblo. Y menos contra ellos mismos; ningún 'podemista' traicionará a su compañero, envidiará el cargo del vecino, traicionará a sus camaradas y menos a su líder; ninguno de los chorrocientos mil afiliados de 'podemos, ganemos y, por tanto queremos' (un cargo) disentirá de las únicas propuestas que señalan los jefes y 'gurús', nadie hablará mal del partido y, por el contrario, celebrará sinceramente los logros del gran timonel. Pero no porque lo prohíban los estatutos del partido; no, por pura convicción ideológica.

¿Serán, tal vez, extraterrestres que nos han invadido para inculcarnos moral, rectitud intelectual y valores? ¿Serán políticos modificados genéticamente como melocotones grandes, anaranjados y sin mácula? ¿Diputados transgénicos? ¿Alcalde y ediles fecundados 'in vitro', cultivados en serie, con dosis extraordinarias de recato, virtud y compostura añadida? ¿Sería posible que el movimiento de los indignados no padezca los mismo errores, delitos y corruptelas que los gobernantes de los otros partidos? ¿Hay alguna diferencia genética, provienen de un entorno diferente, han recibido una educación distinta? Difícil.

Ninguna generalización es cierta. Es evidente que no 'podemos' catalogar bajo la misma etiqueta de 'casta' a todos los ciudadanos que optaron, y lo siguen haciendo aún, por los partidos 'más tradicionales'; ni los que ahora irrumpen en la cosa pública para 'poder' o querer coger el poder, para gestionar lo público, son ciudadanos sin mácula ni sospecha. La democracia asamblearia, horizontal y verdaderamente popular, no existe. Es  uno de los mitos que alimenta la utopía de pequeños grupúsculos anarquistas; una mentira, un trampatojo, de la ficción política.

El lector habrá observado que el indignado de la fotografía superior ha dejado su coche 'aparcado' en una zona de carga y descarga. Creerá, al margen de la publicidad política, que  esas ridículas y pequeñas normas de tráfico  están  para incumplirlas. Y no ha sido un día; parece una práctica habitual del conductor de este llamativo vehículo, quizá porque tiene su domicilio o su negocia cerca de la zona del Ayuntamiento y, claro está, no tiene aparcamiento ni quiere pagar la zona azul. Curioso. A lo mejor para él, cuando gobiernen sus idealizados 'indignados', podrá estacionar su coche de lujo, cual 'Granma' mítico, donde le salga de las narices. Se lo habrá ganado.  Habrán triunfado las personas... en su lucha contra el sistema.


Tu tienes tu lenguaje





Tu tienes tu lenguaje, tu música, tus ruidos,
Que expresan misteriosos tu insólito anhelar;
Si ruges, en los montes retumban tus bramidos,
Si lloras, en las playas rubricas tu pesar...
(Al mar. Ignacio Negrín)


11 de agosto de 2014

Luna resplandeciente y escaladora

Desde hace milenios, noche a noche, escuchan el canto del mar y esperan que la claridad de Hécate, la luna, acaricie sus huesos desnudos. Fueron jóvenes truncados antes de tiempo por la Moira, vírgenes intactas, madres separadas de sus hijos, hombres en la plenitud de su virilidad, jóvenes en cuyas mejillas empezaba a asomar el vello. Recorrieron los mares en ágiles barcos, y la tierra en fogosos caballos, en carruajes espléndidos de fervorosas ruedas... Duermen en la arena limpia, entre las rocas tersas, bajo esta bóbeda solemne, en este ambiente no contaminado. Aquí, su descanso es sagrado e inaccesible... (El oráculo. Valerio Massimo Manfredi).