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9 de diciembre de 2009

Un desconocido

Encendí el ordenador, como casi todos los días desde hacía unos años. Al abrir el correo electrónico apareció un mensaje nuevo. Era escueto. “Tiene un comentario nuevo en su blog El Aserradero”. Ese insignificante cuaderno digital era el medio que utilizaba para expresar mis opiniones sobre la actualidad local que, de de haber tenido vecinos o vecinas, o si hubiera tenido la costumbre de ir al bar, habría podido, entre cerveza y cerveza, criticar, sobre todo eso y sin mayor trascendencia, a los políticos que nos gobiernan; y no en un lugar virtual que se mostraba a la vista de todo el mundo y, además, por escrito. Me gusta criticar al gobierno, a cualquier gobierno; al de mi pueblo, al regional, al nacional, incluso, al de otros países. A la oposición, apenas le prestaba atención. No son capaces ni de ver los errores del mandamás de turno, cuanto menos, criticarlos o realizar buenas propuestas. La mayoría de las veces, gobernantes y oposición, juegan a lo mismo, caminan por la misma senda, sometidos a engranajes solapados, sorteando los mismos eslabones del poder. Muchas veces inmunes a la ley universal que adjudica una reacción a cada acción. Desde posiciones presuntamente distintas pero avanzando siempre en la misma dirección y el mismo sentido. Todos con sus buenos salarios y a pesar de ello, de pagarles creo que muy bien, un sueldo al que suman todas las dietas imaginables y el transporte, generalmente lujosos coches, a pesar de ello, como decía, no tienen bastante. Siempre les parece un salario escaso. Y roban; o procuran ser cómplices de los que se aprovechan de lo público.

Accedí al blog. Era una entrada sobre las elecciones municipales. Sin ninguna importancia, visto hoy tras más de cinco años. El candidato que hasta ese momento era alcalde había vuelto a ganar. Siempre prefieren, la mayoría de mis vecinos, lo malo conocido a lo bueno por conocer; como regla general. No quita, salvada su inane influencia, que exista un pequeño porcentaje de ciudadanos que de manera más o menos consciente analiza los pros y los contras de unos y de otros, y que quisieran que la izquierda gobernara como la izquierda y que la derecha no aplicara los cánones, igualmente, de la izquierda. ¿Tan complicado era que los políticos fueran, simplemente, sinceros y honrados? Pensaba yo por aquel tiempo que no se debía vender la democracia y toda la demagogia que la rodea, la mentira y la corrupción, como el queso manchego barato. Mezcla de oveja y vaca a partes iguales; de churra y de merina, todos mezclados, sin distinciones, sin méritos..

Allí, en la pantalla de la computadora, delante mío, tenía el comentario. Estaba en inglés; lo mismo -pensé en aquel momento-, se trata de algún spam, ese tipo de correos informáticos masivos y especializados que se había colado en la plataforma gratuita de espacios digitales donde muchos y muchas, de manera anónima o reafirmándose con un perfil auténtico, se explayan con textos, fotografías o videos, propios o copiados, sobre los más diversos y variados temas.

SUSAN ROBINSON said...
- Mr. Serrin. Could you please contact me as soon as possible. This matter is of great importance. It is in regards to your work in London in 1970. I appreciate your attention to this matter and look forward to hearing from you soon.

Tras estas lineas aparecía el correo electrónico de la tal Susan Robinson. Una dirección que me parecía inquietante y peligrosa. ¿Qué desconocido mundo se abría tras ese pequeño mensaje? ¿Qué personas, qué nuevos paisajes, qué relaciones y qué extrañas historias se abren al mundo tras una dirección de correo electrónico? Antes necesitabas conocer personalmente a una persona o tener algún tipo de relación familiar o comercial para usar su dirección de correo y comunicarte. Pero ahora, con la informática, eso era mucho más fácil y complicado a la vez. El conocimiento de gente nueva era, a simple vista, mucho más sencillo y rápido. De pronto, ahí mismo, tras el display brillante del monitor teníamos a alguien que se ponía en contacto por alguna razón ignota o argumentada y, sin más explicaciones, se abría una ventana o, incluso, una puerta a lo desconocido.

Mis conocimientos de inglés eran tan rudimentarios y básicos, tan escasos, que preferí copiar el texto y traducirlo a través uno de los muchos programas gratuitos de internet, en concreto uno llamado “altavista”. No era cuestión de adivinar las palabras que ignoraba y que podrían dar, o quitar, finalmente sentido al mensaje de manera fidedigna o, por el contrario, tergiversar el contenido con matices sutiles o incluso desvariar. El resultado del traductor no era mucho mejor de la versión que intuía sin ayuda alguna:

SUSAN ROBINSON dijo…
- Sr. Serrin. Podría usted entrarme en contacto con por favor cuanto antes. Esta materia es de gran importancia. Está en vista de su trabajo en Londres en 1970. Aprecio su atención a esta materia y miro adelante a la audición de usted pronto.

Susan Robinson, una persona totalmente extraña, y extranjera, nos confundía con alguien que tenía el mismo nombre y apellidos. Alguien que estuvo o vivió en Londres en el año 1970 por motivos de trabajo.

Rápidamente redacté un pequeño texto y lo pegué en el traductor. Opté por no utilizar el correo electrónico que me facilitaba y contestar a través del blog, como un comentario más, esta vez del propio autor, ocultando así la dirección de correo electrónico que solía utilizar en mi vida privada. Así, de esa manera, empezaba a navegar por el universo digital una historia, no sabía si cierta o falsa, desnuda a la vista de todos, de mis conocidos, de mi familia, del mundo entero; una historia sorprendente y extraña.

El contacto directo a través de la red me inquietaba; temía algo peligroso, como una trampa, una excusa para la venta por correo, una pequeña estafa con un argumento peregrino, en el que sólo caían los idiotas, un pequeño enemigo agazapado acechando tras la pantalla del ordenador a la espera del más mínimo descuido. El universo de internet, hecho con el total del mundo más o menos civilizado, está repleto de locos. Así, pues, contesté sin ofrecer más datos que los que consideraba imprescindibles, creyendo que así zanjaba el asunto.

PEPITO ASERRIN said...
- In 1970 still it was in project. My father made the rounds to my mother in the orchards that were contiguous the Guadiana, Is impossible. (En 1970, yo sólo era un proyecto. Mi padre rondaba a mi madre por las riberas del Guadiana). Es imposible.

Sin embargo al día siguiente tenía un nuevo comentario en El Aserradero. No había dejado ninguna dirección de contacto por precaución, intentando camuflarme en lo posible tras la apariencia “cartonizada” de la fotografía que utilizaba en mi perfil. Y así, la historia, se enrevesaba públicamente a través de los miles de puntos luminosos del monitor. Me parecía una historia insólita, como un encuentro entre desconocidos, que se había iniciado y se desarrollaba a través del diálogo de los comentarios de un blog de opinión sobre la política local, sus miserias y corruptelas.

SUSAN ROBINSON said...
- Was you father in London in 1970? Did he serve in the Spanish Army? Was he born in 1949? Did your family ever live in Santiago de Compostella? It is very, very important that I speak with you.

El argumento se alejaba un poco más. El dedo de la extranjera apuntaba de manera errónea hacia mi padre. Contesté, no sin dudas sobre la sinceridad de los requerimientos de la tal Susan. Parecía una historia verídica. Pero mi padre no podía ser tampoco el personaje que buscaba. ¿Quién era aquel personaje misterioso que se llamaba como yo?

Contesté con un pequeño resumen de la vida de los Serrines, o lo que yo conocia hasta ese momento de su historia.

PEPITO ASERRIN said...
- Mi padre se llama Silverio A. Serrín y nació en 1938 en Montijo Badajoz. Hizo el servicio militar destinado en el antiguo acuartelamiento de Artillería número 13 de Getafe. En 1971 se trasladó a la zona sur de Madrid más exactamente a la Villa de Parla. Una ciudad que, en aquella época, no era ni siquiera un arrabal. Un villorio anclado en medio del caciquismo eterno de España, a medio camino entre Madrid y Toledo. Una ciudad cercana a los nuevos polígos industriales que surgían como setas a la luz de la revolución industrial que se desarrollaba por esos años en España, un pueblo sin agua corriente, una ciudad que crecía deprisa con edificios sueltos, sin orden ni planificación, sueltos, deslavazados, construidos sin gracia ni armonía, sin servicios, en urbanizaciones sin acabar, rodeadas de barrizales y vertederos. Mi padre nunca ha viajado fuera de la península ibérica.


El padre de mi padre, se llamaba Segismundo A. Serrín, nació en 1896 en Herrín de Campos (Valladolid), de donde procede una de la rama más antigua de los Serrines. Mi abuelo, al igual que su padre, y el padre de su padre, se dedicó a la trashumancia de ovejas merinas. Sus idas y venidas por los caminos reales o cañadas, sobre todo la leonesa, le moldearon haciendo de él un hombre simple, de espíritu libre y apegado a la naturaleza.


Sus días como pastor acabaron al ser alistado obligatoriamene para cumplir tres años de servicio militar en Africa, en el Regimiento número 4 de Fuerzas Regulares Indígenas de Larache. Herido dos veces en campaña, consiguió volver con vida a la península. Los amores de una moza extremeña le alejaron definitivamente de la vida nómada. y empezó a echar raíces en una pequeña casa que compró en los alrededores de Montijo. Durante toda su vida intentó olvidar los horrores de la guerra. Aquella guerra estúpida y maldita que llevó a los ineptos gobernantes de este país a derramar la sangre de varias quintas de los mozos más pobres de España en esa región abrupta del norte de Marruecos.

Un hermano de mi abuelo Segismundo, llamado José A. Serrín, abandonó la vida pastoril y huyendo del Servicio militar obligatorio embarcó en el puerto de Gijón hacia Cuba. Junto a otros españoles acabó en un pequeño pueblo de la provincia de Las Villas donde montó un horno para cocer tejas y ladrillos. Compró una casa con un gran terreno junto a un caudaloso río. Llegó a poseer una barcaza de considerables proporciones con la que transportaba los ladrillos hasta otras poblaciones de la isla. Tras el triunfo de la revolución en el año 59, el negocio pasó a ser gestionado por vagos e ignorantes “revolucionarios”, teniendo que ser cerrado al poco tiempo. Hoy, sus hijos y nietos viven con los apuros generales del pueblo cubano, repartidos entre Santa Clara y La Habana.


Otro hermano de mi abuelo, Santiago, también se mudó de Herrín de Campos hasta Vizcaya. Allí trabajó, tengo entendido, en la pesca del atún y en la industria conservera. Nadie de mi familia supo nunca más de él.


Todos los Serrines tenemos un nombre compuesto. El primero es libre, el segundo fijo. Mi padre se llama Arcadio, y mi abuelo; y el padre de mi abuelo, y sus hermanos y sus nietos. Mi hijo se llama Arcadio. Todos somos Arcadio. Es una tradición familiar que viene del siglo XVI cuando los moriscos y los judíos conversos buscaron apellidos nuevos en los nombres de los pueblos. El primero en lucir el nuevo apellido se llamó Arcadio Herrín. En las siguientes generaciones la H se transformó en una S, ignorando cuándo y porqué.

Aquel larguísimo comentario en español terminaba excusándome por su uso,  y lamentando que mi pobre inglés no fuera suficiente para aclararle la vida de los Serrines en su idioma.

SUSANNAH ROBINSON said...
- Your information is facinating. I am desperatley looking for a
Jose Antonio {maybe it is Arcadio}Serrin born 1949
who has a sister named Maria, a brother who studied Physics and a father who owned a travel agency. The were said to be from Santiago de Compostella. This gentleman was in London in 1970 and working at the "Playboy Club" He abruptly left London and has dissappeared. Do you have any relatives that might fit this description? Any family history would be greatly appreciated.

(Su información facinating. Soy desperatley que busca a Jose Antonio {es quizá Arcadio} Serrin llevado 1949 quién tiene una hermana nombrada Maria, hermano que estudió la física y a un padre que poseyeron una agencia de viajes. Reputaban de Santiago de Compostella. Este caballero consistía en Londres en 1970 y el trabajo en el " Playboy Club" Él salió precipitadamente de Londres y dissappeared. ¿Usted tiene parientes que pudieran caber esta descripción? Cualquier antecedente familiar sería apreciado grandemente. )

El resultado del traductor de internet me producía una auténtica zozobra. No había forma de que ese “altavista” pudiera hilar dos frases seguidas con un cierto sentido. Era peor que el estúpido lenguaje de los indios en las películas dobladas. Yo no entender ni jota.

Le contesté brevemente. No había más datos.

PEPITO ASERRIN said...
- Se intuye que su historia es igualmente fascinante. Lamento no poder ayudarla. Mi familia y yo desconocemos a las personas que busca. Seguramente son alguna rama de los Serrines que se desplazaron hasta Galicia. Hasta ahora ignorábamos su existencia. Espero que tenga suerte en su búsqueda. Si alguna vez tengo noticias sobre ellos, se lo haré saber.

El asunto de aquel desconocido Pepito A. Serrín empezó a urdir en mi cabeza una serie de interrogantes y, sobre todo, de lagunas, de zonas oscuras que necesitaba conocer. Empezaba a ser una obsesión la historia familiar; tenía que llegar hasta ese personaje. No tenía ninguna duda que era parte de nuestro linaje, de nuestra estirpe de judíos errantes.

2 de diciembre de 2009

En defensa de los derechos fundamentales en Internet

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que:

1.Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red, en España ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Este manifiesto, elaborado de forma conjunta por varios autores, es de todos y de ninguno. Se ha publicado en multitud de sitios web. Si estás de acuerdo y quieres sumarte a él, difúndelo por Internet.

Rumiñagüi y la Alianza de las Civilizaciones


El presidente del Centro Unesco de Getafe, Martín Sánchez, emitió a finales de la semana pasada una nota informativa reivindicando la autoría del proyecto de la estatua al indio Rumiñagüi [Rumiñahui o Rumi Ñawi] que pretenden instalar con el dinero de la Junta de Compensación de El Bercial (promotores y cooperativistas) en la avenida República del Ecuador. La nota informativa de la asociación getafense justifica la idoneidad de erigir la estatua al inca en aras a la cooperación y solidaridad entre pueblos y países. De todas maneras quieren que comulguemos con ruedas de molino, y nunca mejor dicho, por aquello de la cara de piedra. No la del indio, la que se nos queda a nosotros.
Parece increíble que Martín Sánchez, profesor de instituto, empresario y gestor urbanístico, que ha publicado algunos libros sobre la historia de Getafe, nos sorprenda y pretenda despachar esta enojosa idea (al menos eso nos parece a nosotros, aquí en España) con la cursilería de los “progres” de baratillo: "La escultura del indio Rumiñahui, obra de Oswaldo Guayasamín, no es una escultura más, está instalada en varias ciudades iberoamericanas y no sólo los ecuatorianos, sino muchos ciudadanos y ciudadanas de otros países iberoamericanos, se sienten representados en el mensaje que transmite. Se trata, por tanto, de una iniciativa de cooperación internacional y de hermanamiento entre países que no sólo tienen vínculos históricos sino actuales y presentes”. ¡Hala! Ahí queda eso: ¿El mensaje del indio o los países?

Vamos a dejar de lado la valía, presunta o aceptada, incluso nuestro parecer estético, de la obra de Guayasamín. En realidad, la propuesta va más allá del puro arte; de otra manera valdría cualquier otro monumento para celebrar el mestizaje de las razas. O ¿no es eso? En esa región del mundo, el mestizaje llega al 70 por ciento dela población. Cualquiera que haya estudiado la historia del descubrimiento, la conquista y colonización de América o, incluso, sólo haya leído, con el ánimo de forjarse una somera idea, esa parte de la historia universal, claro, con las referencias de las únicas fuentes históricas, las de los "barbudos" españoles, sabría que la figura del indio no es precisamente un modelo de cooperación ni de hermanamiento. Ni su mensaje. Mucho se han esforzado los ideólogos del nuevo indigenismo en asignarle un cierto grado de verosimilitud a la existencia del personaje y de atribuirle las virtudes del héroe que "ama a su patria" y que muere por defenderla. ¿Pero qué patria? ¿El imperio de Tahuantisuyo (Tawantisuyo) con sus cuatro regiones? ¿O se refieren a los estados modernos? ¿Ecuador? ¿Perú?¿Colombia? ¿Bolivia?¿Argentina?¿Chile? No sólo se echan virtudes en las alforjas del inca si no que exclusivamente se desprecia y se vitupera -nadie defenderá determinadas crueldades-, la acción de los conquistadores al los que que se acusan desde una óptica cristiana de lascivia, ira, crueldad y codicia, olvidando la guerra, sin pensar que en los mismos términos los indios saldrían malparados y no estarían libres de menos pecados capitales que los españoles.

Es una certeza que no existen referencias históricas propias de los indios ya que no conocían la escritura. La incaica era una cultura ágrafa. Las únicas fuentes de conocimiento son las españolas. Así, y a pesar de ello, se ha forjado la personalidad del inca sólo con la tradición oral, el mito y la leyenda. Los nuevos historiadores "mestizos" de américa, pretenden imponer sus tesis con ese material tan endeble, y a base de discutir o desmentir  lo poco o mucho, verdadero o falso que aportaron los historiadores españoles.

El presidente del Centro Unesco de Getafe, Martín Sánchez, propone que,  los “barbudos”, nos sometamos a una versión de la historia que no creemos (rechazamos) y le erijamos un monumento al presunto valor y a la "resistencia" de un indio que pretendía ser, tras la muerte de su hermanastro, Atawualpa, el “sapa Inca”, la continuación de una estirpe de tiranos sin escrúpulos. Y además, con nuestro dinero. Pues, mire usted, no. Podría ser hasta que consigan imponer su idea, pero no fastidien con el rollo de la cooperación que esto que se plantea, el mensaje del indio y la ideología que subyace, es harina de otro costal.

Cooperación sería aportar esos fondos, u otros, para que alguna o varias aldeas de Ecuador tengan agua potable, construir escuelas en Perú, aportar becas para el intercambio universitario con Colombia, erigir orfanatos en Bolivia, comedores, bueno,... no hace falta mucha imaginación para reivindicar acciones caritativas que podríamos considerar como aceptables, y hasta necesarias en una relación de amistad y ayuda.

Lo demás son excusas inventadas o tramadas por mentes calenturientas que pretender dilapidar el dinero de los vecinos y cooperativistas de El Bercial, en su beneficio u orgullo, para la adquisición, transporte y colocación de un estúpido monumento a la guerra y al falso mito del buen indígena.





El barrio de la Alianza

A la vista de la foto que reproducimos aquí y que publicó en su día [a color] el periódico Getafe Capital se nos ha ocurrido una idea que nos parece magnífica; perdonen ustedes la falta de modestia.

Martín Sánchez, el presidende del Centro Unesco Getafe, es además miembro de la Junta de Compensación de El Rosón, un nuevo desarrollo urbanístico delimitado en la zona centro del municipio y que prevé la construcción de 2.400 viviendas de renta libre. ¡Vaya pelotazo! Además, el mismo Martín solicitó a la corporación municipal la monetarización del diez por ciento que los promotores o propietarios deben ceder en cada nuevo gran desarrollo; a los pocos días, dias, de pagar al ayuntamiento  esos derechos edificatorios que le correspondían,  los vendieron a Mafre Corporación al doble de lo pagado al municipio; asunto, este del diez por ciento, por el que la justicia dictaminó en primera instancia que el Ayuntamiento se había saltado la Ley. Joder. No se debería incitar a un Ayuntamiento como el de Getafe a saltarse la ley. No está bonito el asunto, como dicen por allí, allén de los los mares.

En esa Junta de Compensación, y de ese acuerdo de monetarización, participa y se beneficia el otro gran interesado en la erección de la estatua al indio, el que fuera concejal de Alianza Popular y condiscípulo nuestro, Gabriel Navarrete, miembro también del Centro Unesco de Getafe y de la propia fundación Guayasamín, empresario en España y en Cuba y según él mismo, sólo amante del arte, en ningún caso marchante.. El Rosón, además, está controlado por el ex concejal  de urbanismo, Jesús Neira y otros constructores y promotores filosocialistas.
En el Centro Unesco de Getafe también participa el ex concejal Sebastián Carro, antes de derechas y ahora en “tierra de nadie”, “animal político político por excelencia”, medio hermano en esto de la política de Pedro Castro, no sabemos si a favor de la escultura del indio o no. Otro personaje que aparece igualmente es el que fuera Consejero de Gobernación (interior) del gobierno regional cuando Joaquín Leguina regía los destinos de la Comunidad de Madrid; se trata de Virgilio Cano, responsable de la comisión de integración y cooperación del Centro Unesco Getafe (presunto ideólogo de la estatua del indio junto con su compañero Navarrete), diputado regional durante tres legislaturas, vicepresidente de Telemadrid y  consejero de interior, y ahora marchante de arte (o que vive de su amor por el arte, si se prefiere).

El Centro ese de la Unesco en Getafe es un “merecumbé” tropical que da risa, un intento de lobby empresarial y cultural como el que siempre soñó Pedro Castro, aunque algo devaluado a pesar del presunto respaldo de la Unesco. Lástima. Eso si miramos sólo a sus miembros y directivos, que si nos fijamos en sus patrocinadores, apaga la luz y vámonos. Recréense ustedes mismos. Alsan Asesores, Sierra de Béjar (el mismo de antes), Fogesa, Julio Touza (arquitecto de Alsan y de Fogesa, ligado a Martín Sánchez en algunas antiguas y olvidadas sociedades), el Getafe Club de Fútbol, ta-tará, tarará, ta, ta, ra.... (Angel Torres también está relacionado con El Rosón por algunas operaciones de urbanismo lucrativo). Casi parece la sucursal, la embajada cultural de la Junta de Compensación de El Rosón. Sólo falta García (y Neira, claro). Ejemplo interesante, por no decir único, de patrocinio, solidaridad y ensalada de lechuga, oiga. Sin postre. Café y copa de ron. Y habanos para todo el mundo.

Pero bueno, a lo que íbamos, hemos tenido la ocurrencia, dado el interés de todas esas bellísimas personas en erigir un monumento a Ruminagüi, que sea la propia Junta de Compensación de El Rosón, apoyada técnica y culturalmente por el Centro Unesco, la que proponga y justifique al Ayuntamiento un nuevo proyecto para su ejecución en el mismo barrio en el que tienen intereses y que actualmente se está urbanizando.

En el capítulo primero se esbozará la idea y se propondrá el cambio de nombre. Proponen los promotores del nuevo barrio (¡Qué feo es eso de El Rosón!) que de ahora en adelante se denomine “Barrio de la Alianza de las Civilizaciones”. Luego, en el resto de los capítulos se deberá hacer una propuesta con el nombre de las calles para que Jerez y Morajudo la somentan a su ingenio y capacidad; los nombres de las calles deberán estar relacionados con la propuesta universal del presidente del gobierno español. Hay algunos nombres que no pueden faltar, incluida la Avenida de ZP, faro y guía espiritual de la idea, la Calle de Mahoma (o de algún califa español como Abderramán III, o si hay que poner un guerrero que luchase contra los godos, pues elijamos al gran Almanzor), la Calle de Rumiñagüi o Rumi Ñawi, como prefieran, Avenida de Tenochtitlan, Calle de Jerjes y Calle de Tutankamón (en representación de las civilizaciones antiguas), el Pasadizo del Emperador Wu (cada día hay más chinos), la Glorieta de Vlad IV el Empalador, el famoso conde rumano, etcétera, etcétera,...El proyecto se contempla con una gran muestra de esculturas de esas civilizaciones que llenarán las rotondas y los cruces de las calles. Ahí si tienen trabajo Navarrete y Cano.

Una vez entregadas las viviendas, y con el proyecto cooperante y artístico ejecutado, lo correcto y deseable, sería organizar una cumbre extraordinaria de la Alianza de las Civilizaciones. Para ello se cursarán invitaciones, que seguro no podrán rechazar, dado el evento, a Fernando Correa, Evo Morales, Hugo Chávez, Mahmud Ahmadinayed, y a todos los que gusten del “invento”. Está claro, inauguran la cumbre José Luis Rodríguez Zapatero y Barack Hussein Obama.

Lo mejor de la idea propuesta es que el dinero lo pondrán los miembros de la Junta de Compensación de El Rosón o, si en realidad no quieren poner ni un duro, que es lo que pensamos, para esa idea suya de la cooperación y no-sé-qué entre los pueblos, pues también tenemos la solución: súbase el precio de los pisos en la modesta cantidad de 1.00o euros. Total 2.400.000 euros para el proyecto. Así, cuando la gente se compre un piso en ese barrio sabrá que colabora con el Centro Unesco de Getafe en pro de la solidaridad y tal y todo eso.... Al fin y al cabo, qué importancia tiene si los pisos que promoverán en ese barrio cuestan 480.000 euros o 481.000 euros. Miren desde 367.000 euros, más el 8 % IVA, más el 0,3% para Cooperación.

Y además, seguro que le gusta al alcalde.

(Sólo resta solicitar que se eliminen los nombres de las calles que en nombre de la memoria histórica puedan molestar a los indígenas o a los nativos de otros países asentados en Getafe. Así pues, se deben eliminar los nombres  de  calles como Pizarro, Núñez de Balboa o Hernán Cortes)



El imperialismo inca

Los incas fueron un pueblo guerrero con una reducida clase o casta noble organizada en “panacas” o linajes, de clara vocación imperialista. Un estado organizado por miles de funcionarios, que se expandió por vastos territorios de américa del sur sometiendo a más de quinientas tribus de la región, incluido el actual territorio que ocupa Ecuador, cada una de ellas con su lengua, su religión y su cultura particular e imponiendo su lengua, el quechúa, y su religión. La capital del imperio Inca era Cuzco (“el ombligo del mundo”). El emperador, al que se denominaba “Sapa” Inca (el único), ostentaba el poder absoluto de una monarquía teocrática en la que tenía asignado el papel de hijo del dios Sol (Viracocha o Inti). Los Incas no dudaron en reprimir con extrema dureza la rebelión de las tribus sometidas y esclavizadas, aplicando, incluso, la deportación masiva de comunidades rebeldes hasta otras zonas del imperio.

El abuelo de Rumiñagüi, según el mito más asentado, el Inca Tupac Yupanqui, murió envenenado por una de sus mujeres y madre de uno de los aspirantes a la sucesión. El pueblo inca era monógamo; sin embargo, el emperador y la nobleza eran polígamos. La sucesión era un proceso complicado. El orden se decidía por el origen de la madre. Primero estaba el hijo de la esposa principal y hermana; luego venían los hijos de las princesas concubinas y por último los hijos del inca con otras nobles del imperio. La muerte de Yupanqui provocó una cruenta guerra civil. La autora del crimen, hermana y esposa, y su hijo el pretendiente fueron ejecutados. Propuesto Huayna como Inca, y siendo menor de edad, se le asigno un regente. El regente y su hijo también fueron ejecutados por intentar quedarse con el trono. Finalmente Huayna Cápac consiguió que el sumo sacerdote le impusiera en 1493 la “mascaypacha”, la corona imperial de los Incas: una borla de fina lana roja con incrustaciones de hilo de oro, adornada con plumas de “corequenque” (ave rapaz) y trencitas.

Huayna Cápac, el primer Sapa Inca nacido fuera de Cuzco (en Tumibamba, actual Cuenca, Ecuador), y último en la relación de los emperadores incas que ciñeron la “mascaypacha” extendió el imperio inca hasta el borde mismo de la selva del Amazonas , llegó hasta la actual Colombia por el norte y a Chile por el sur, anexionando a su paso zonas de Bolivia y Argentina y peleando con numerosas tribus como los chachapoyas” (cara pintadas), los bracamoros” (hombres de la neblina) o los paltas”.  En sus últimos días, dice la leyenda que tuvo una visión en la que aparecían hombres blancos, aunque parece más verídico que tuviera informes de sus espías sobre los extranjeros que exploraban la costa en barcos. El tal Huayna Cápac representa la cúspide del poder inca. Moriría sin dejar un sucesor claro y con un chorro de hijos de esposas, princesas, nobles y de las elegidas para el monarca entre las hijas del pueblo que destacaban. El serrallo del Inca estaba cuajado de belleza.

El hijo de la segunda esposa de Huayna, Huáscar Inca se declaró Sapa Inca con el apoyo de los “orejones”, la nobleza cuzqueña. Sin embargo, su medio hermano Atahualpa o Atawualpa (el gallo), aprovechóla rebelión y muerte (ejecución) de otro de sus hermanos contra Huáscar para levantarse en armas contra el Inca con el apoyo del ejército y de la nobleza de Quito. Y mientras los indios andaban a porrazo limpio en una guerra civil fratricida, llegaron los españoles. Tras la victoria del ejército de Atawualpa sobre los efectivos de Huáscar en 1532, este se dirige desde Quito hasta Cajamarca  (tierra de espinos, por los cactus de la región) para “conocer” a los barbudos y ser coronado con la “mascaypacha”.

“Los vencedores ingresaron al Cusco y dieron horrible muerte los partidarios y familiares de Huascar, incluyendo mujeres embarazadas y niños que fueron colgados desnudos y desviscerados en su presencia. Huáscar fue humillado, torturado y llevado semidesnudo rumbo a Cajamarca, ciudad a la que no llegó pues fue degollado”, según el historiador peruano Arturo Gómez.

Ya en Cajamarca el Inca fue engañado por Pizarro, que en un ataque sorpresa lo captura y lo hace prisionero. Atawualpa ofreció el precio de su propio rescate. Dos habitaciones de plata y una de oro hasta la altura de su mano levantada. Tras mandar recaudar por todo el imperio la cantidad pactada y cumplir su parte fue ejecutado acusado de idolatría, incesto y poligamia. A su muerte, en el verano de 1533, es otro de sus hermanastros, el tal Rumiñahui (cara de piedra), hijo de Huayna Cápac y de la princesa Nary Ati de Píllaro, de nombre real Pillahuaso, el que asume los poderes dictatoriales y el mando del imperio. Los cronistas españoles le llamaron Orominavi, en una clara corrupción fonética de su apodo.

Tras diversas peripecias y batallitas con uno de los capitanes de Pizarro, Sebastián de Benalcázar, el indio aplicó la táctica de “tierra quemada” y, efectivamente, prendió fuego a Quito por los cuatro costados (parece verídico), reunió el tesoro de Atawualpa y se lo llevó, mató a las sacerdotisas o vírgenes del Sol (en prevención de que fueran violadas por los españoles), mató a los hijos adultos de su hermanastro Atahualpa (para eliminar la competencia, hecho que niegan los historiadores pro indios), pasó a cuchillo a tres mil o cuatro mil indios de tribus como los “Pillajes”, “Zambizas o Collaguazas” por el presunto delito de preferir la alternativa española a la esclavitud del inca, quemó sus poblados y asoló el imperio.

Rumiñagüi perdió la guerra en la batalla de Tiocajas que lo enfrentó con Sebastián de Benalcázar. El inca estaba al frente de 14.000 indios contra los 450 soldados españoles que aseguran las fuentes históricas ¿Sería posible? Pues seguro que no a pesar de los arcabuces y los "temibles" caballos. Los españoles, a pesar de lo malos, malísimos que eran (que lo eran, así es la guerra) contaban con numerosas tribus aliadas.

Cañaris”, “Chachapoyas”,Huancas”, Puruháes y otros “Incas Curacas” se sintieron aliviados con la muerte de Atahualpa, al que algunos historiadores y aficionados, por otra parte, consideran un traidor y no le conceden la categoría de Inca pues no pudo finalmente coronarse la borla de lana roja. Incluso muchos incas, partidarios de Huáscar, como Manco Inca Yupanqui (también hermanastro de Atahualpa y de Rumiñawi), se unieron a los españoles para combatir a Cara de Piedra.

Cuando "casi" iba ganando Rumiñawi, tras tres días de feroz batalla, la erupción del volcán Tungurahua (Cotopaxi) en julio de 1534 y la supertición de los indios provocó su desbandada con la certeza de un mal augurio. Finalmente se cumplió la fatalidad y los españoles cogieron a Rumiñagüi al que ahora representan tirándose por un precipicio para no ser capturado, "como abrazando a la patria" (¿quién ha dicho esa tontería?). Lo cierto es que, tras bajar al precipicio, que no debía ser demasiado profundo, por lo rápido que llegaron los españoles, lo encontraron colgado de unos espesos matorrales y lo apresaron. El indio fue conducido hasta la presencia de Benalcázar en Quito, donde fue torturado para sonsacarle la ubicación del oro. Cierto es que el indio era cabezón y no quiso revelar la ubicación del tesoro. El español le mandó ejecutar de una manera cruel asándolo en una parrilla a fuego lento (Era bruto el tal Benalcázar, coño). Así que aún hoy, andan los arqueólogos buscando entre pico y pico de la cordillera andina a ver si, con un poco de suerte, dan con el pelotazo de su vida: el tesoro del inca "Cara de Piedra"

1 de diciembre de 2009

Profeta en Leganés



Hace unos días, mientras leía la edición digital del Buzón de Leganés me trasladé en el tiempo y el espacio, hasta la casa de mi abuela. Corría el año 1962 y no hay nada anterior impreso en mi cabeza que pueda evocar de manera voluntaria

Ese primer recuerdo de mi vida alude a una singular y certera profecía. Luego, con el tiempo, he podido comprobar que en mi familia casi todos han pretendido gozar de esa capacidad. Ya te lo decía yo, decía mi madre sin parar; y mi padre, asentía como quien conoce el resultado. No hagas eso, no digas eso, me han dicho unos y otros intentando vislumbrar con sus consejos el imprevisible futuro. Y hasta mi mujer y mi hijo se arrogan el místico don de la profecía. Te lo dije, no hagas eso, no... te vas a dar un golpe... y vaya, que sí. Me lo suelo dar.

Pero no es exactamente eso a lo que me refiero.

El patio de mi abuela Francisca, allá en el pueblo donde nací, en la Ribera Alta, a medio camino entre Alcalá la Real y Frailes, lindaba con uno de los laterales de la nave de la iglesia, de la que se elevaba la torre del campanario, dedicada cómo no al patrón de la aldea, San Juan, y que se había construido, o reformado sobre otra anterior, según rezaba la leyenda del pórtico, en el año 1789. No debía estar lejos la festividad del santo. El el patio florecían esas plantas que sólo se dan en Andalucía, en forma de trompetas de hermosos colores. Al rededor del brocal del pozo jugábamos mi hermana y yo, como dos niños, corriendo y persiguiéndonos, mirando los don diegos y los geranios, huyendo de los tábanos y las avispas que aleteaban entre las enredaderas y las flores. Cuando el cansancio nos frenaba, acudíamos al territorio soleado del gato negro que tenía mi abuela; a molestarle tapándole el sol y a estirar sus llamativos bigotes. No era Demóstenes, y apenas nos dedicaba una mirada desdeñosa . Al gato le gustaba el pescado. No había nadie en el mundo como ellos dos, la vieja y el gato, comiendo boquerones crudos. Por culpa de una espina de pescado perdió el ojo mi abuela. Era tuerta y flaca, pero incansable y de espíritu indomable, como toda su estirpe.

De pronto el tiempo se paró, o casi, mientras escuchaba la voz de mi tío Antonio, que parecía, y parece hoy, al cabo de más de cuatro décadas, pronunciar aquellas palabras tan despacio como si se hubieran coagulado en el aire, trenzadas en el calor del mediodía, derretidas, silabeadas con parsimonia. El tiempo cincelaba con marcas indelebles por primera vez mi memoria, tan blanda y moldeable como la de un niño de tres años y poco.

- Cualquier día, esta iglesia se nos cae encima... [Y me pareció que retumbaba el trueno y se hizo verdad la palabra ¿Sería una señal?]

La voz del profeta resuena  y predice [junto al templo] una catástrofe, adivina un mal latente, conjetura, presiente o pronostica la tragedia sin aviso previo. ¿Había tal vez grietas en la torre que delataran la ruina del edificio y anunciaran, con claridad, su inminente final? En ese caso, qué hacían mis dos tíos y mi padre sentados tan tranquilos a la sombra de la fragante higuera cargada de brevas...

La torre de la iglesia de San Juan de la Ribera Alta y parte de su techumbre cayó con estrépito hiriendo a numerosos fieles que en ese momento estaban en el interior del templo. En ese instante de desconcierto, nunca he sabido porqué, ya que estábamos avisados del desastre, recuerdo a mi tío Antonio que me arrastraba por el empedrado del patio para ponerme a cubierto en el interior de la casa de mi abuela; de reojo pude ver que mi padre y mi tío Santiago hacían lo mismo con mi hermana, llevándola en volandas como quien lleva sujeto a un pajarillo pendiente de un hilo invisible.

Tras el revuelo inicial provocado por el suceso, las comadres hacían balance de los heridos y los muertos en el lavadero del pueblo. Y, para no quedar como ignorantes, todas, la que más y la que menos, abuelas o mozuelas, casadas y viudas, sacaban a relucir sus poderosos dones adivinatorios.

- Ya se lo decía yo a los hermanos de mi pobre Juan; parece mentira, pero nadie me hizo caso. Estaba claro que esta iglesia se iba a caer. Nadie la cuidaba.


- El techo estaba en buen estado, pero no se veían las vigas de tanto encalarlas; yo se lo decía también a mi Manuel: mira esos palos, podrían estar podridos y ... ¿Quién sabe cuánto hace que las pusieron? ¿Alguien las había revisado últimamente? No. Desde la guerra que las revisó el cura párroco de Frailes... por culpa de unas granadas que tiraron los de la república.... Nadie las miraba.

[Diálogo, evidentemente inventado. Ni siquiera sé si aquel día infausto estuve en el lavadero. Lo cierto es que no recuerdo nada de esas demostraciones de sabiduría]

Con el tiempo he sabido que el único que gozaba de esa capacidad era mi tío Antonio. Yo, de alguna manera, también heredé ese don que nadie de mi familia sabe de donde procede. Y nunca, hasta ahora, había querido mostrar públicamente la posesión de esa facultad, que a veces me persigue como una maldición, de predecir o adivinar el futuro. Jamás he presumido ni ostentado con esa especie de fogonazos que me deslumbran por la noche y por el día, esas visiones como peliculillas que me adelantaban el trascurso de algunos acontecimiento. Lo mantenía en secreto y, a pesar de reconocerlo, no pienso de ninguna manera hacer pública ninguna de esas visiones. Es mejor; a veces, más que un don parece un castigo divino.

Pero, ¿que hacía yo rememorando esos hechos (verídicos) tan antiguos y personales? La respuesta la tenía delante de la pantalla del ordenador. En Leganés hay otro profeta. Uno que practicaba y se mostraba como tal a los vecinos de la localidad, que presumía de su condición. El portavoz del Partido Popular en ese municipio, Jesús Gómez, tiene también algún tipo de don profético o adivinatorio. Hace algunas semanas desveló, ¡qué audaz!, que había utilizado sus poderes y y para demostrarlo, sin que nadie tuviera dudas, acudió a un fedatario público para dictarle los nombres de las diez personas que ganarían una oposición municipal. Días antes de que lo supiera nadie, quizás, salvo los interesados. ¡Con lo difícil que está conseguir una plaza de funcionario!

Sin duda, el éxito del augur popular le ha motivado para insistir y volver a repetirlo, ostentando su capacidad de vaticinio. Desde junio acá, ya ha acertado con los resultados de tres oposiciones. Gómez ha anunciado los nombres de los afortunados que se han hecho con la plaza, sin que se hubiera realizado el examen, ni escrutarlo siquiera el jurado (siempre tan ecuánime en estos casos), Y, mire usted, pleno, se trata de los siguientes ciudadanos. Tal, tal, tal y tal...

Si usted no está en el listado del portavoz del PP, es que no va a ganar la oposición; no porque él no tenga influencia para concedérsela, que parece que no la tiene. Sólo adivina el resultado y los ganadores. No ha fallado ni un sólo nombre. Y de ello da fe el notario de Leganés, que no debe hacer, ni creemos nosotros que haga, trampa alguna para favorecer a un presunto tramposo. Así que, albricias, Jesús Gómez posee el don de la predicción. Si usted es de los que esperan un puesto en la administración pepinera debería adelantarse a los demás y preguntarle al nuevo profeta si algún día será una realidad que anuncie, de manera extraordinaria, su nombre en escritura pública o, tampoco es un problema, en una vulgar servilleta de bar.

Aunque, a la vista de su éxito, no debería, creo yo, abusar de las dotes que le fueron concedidas a este nuevo miembro de la cofradía de los profetas que somos. Porque el uso y abuso de cualquier cosa, incluso de un don divino, siempre es malo: envanece el espíritu y genera engreimiento. Y todo podría ser; que un día de estos, el alcalde y su ediles del gobierno le pronostiquen algo. No porque ellos tengan esa capacidad que, al parecer, no poseen. Sólo reparten graciosamente el don de la amistad o el amiguismo, el favor o favoritismo, para decidir un concurso o lid  en los que presuntamente se debería respetar el derecho de los ciudadanos a recibir de esa administración equidad y justicia. Y más si hablamos de trabajo. El problema del profeta es que en la mayoría de los casos, cuando gobierna su partido en cualquier otro lugar, hace lo mismo.

El nepotismo está tan arraigado en la vida pública española que nadie se asombra del tal o tal recomendado, de tal o tal familiar del alcalde, del concejal de obras, incluso del portero del Ayuntamiento, si puede, y estuviera en su mano, enchufar al novio de su hija. ¿No temería usted en el caso de que gobernara el político profeta utilizaría, -no sus dotes de adivinación-, su poder e influencia para beneficiar a sus amigos, familiares y correligionarios?¿Seguro que no desconfiaría?  Si no fuera así, estaría usted en disposición, por presunta ingenuidad y fidelidad, de presentarse a la oposición y ganarla. Los sindicatos, mientras tanto, excusando la chapuza  y, como los fariseos, responsabilizando a las bases. Pero, digo yo, las bases las confeccionaría alguien en concreto; tan bien, tan bien, que sólo faltaban los apellidos de los adjudicatarios.
Hace algunos años, se produjeron en Getafe una serie de hechos parecido. Todo el mundo pensaba que entre los concejales había uno señalado con dones divinos. El gobierno municipal conocía con algún tiempo de antelación lo que hacía el anterior portavoz del PP de Getafe, y no sólo los actos programados como agenda política. Nadie sabía quién era. El caso es que, finalmente, no había nadie con dotes adivinatorias. Resultó que el portavoz popular perdió, le leían o fotocopiaban la agenda, y siempre, siempre, siempre sabía el gobierno y los periodistas [sólo los más avispados] dónde iba tal día, donde comía y con quién. Al impostor, correligionario político del afectado por las predicciones, le costó el cargo. En Getafe, al contrario de lo que pasa en Leganés, no hay profetas en la política.

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La ilustración superior está basada en una fotografía de la Iglesia de San Juan, en la Ribera Alta (Alcalá la Real, Jaén)

13 de noviembre de 2009

La invasión de las cotorras argentinas

Y no se trata de ninguna delegación de periodistas deportivos argentinos ni del grotesco Pelusa parloteando insultos a los "plumillas". Se trata de otra plaga que viene del país suramericano. Y que se transmite con la inocencia de las mascotas que se regalan a los niños y a los viejos. Un pájaro que puede aprender palabras. ¿No recuerdan el loro de la calle Madrid, ese que gritaba como poseído la única palabra que le había enseñado su dueño y que se refería, de mala manera, a la madre de todos los viandantes. ¿Quién sería el hijo-de-su-madre?

Mariano García me lo ha apuntado. Evoca, como buen escritor, un argumento más sólido y divertido que la mera observación que hacíamos en el último artículo insertado en este blog sobre la plaga de palomas. Quien se pasea por la Plaza de España [Getafe], entre chopos, abetos y pinos, puede percatarse de esa especie de guerrilla aérea entre las palomas y otras aves que vuelan en pandilla a gran velocidad, aleteando constantemente, gritando y graznando de manera endiablada. La palomas esquivan el abeto en el que se refugian y han construido los hangares esa reducida, pero agresiva, escuadrilla de pájaros de vistoso y colorido plumaje; las palomas evitan acercarse y planean en círculos para acercarse a la fuente en la que se lavan y sacian la sed.

Son una colonia de Cotorras argentinas, o cotorritas (de nombre científico Myiopsitta Monachus ) que miran a las palomas con la actitud y el celo de severos guardianes del que consideran su territorio. Este ave, de la familia de los loros y procedente de américa del sur (Argentina, Bolivia y Brasil), se ha instalado en grandes ciudades como Barcelona, Lérida y Madrid (en la Casa de Campo se han llegado a contabilizar hasta cien nidos de estas cotorras. Las aves han llegado a nuestro país como mascotas. Muchas de ellas, como pasa con cualquier otro tipo de animales de compañía, han acabado en la calle por las molestias y los graznidos de los pajarracos. Están consideradas como una especie invasora de gran impacto medioambiental y muy agresiva con las especies autóctonas.

En Nueva York están tan extendidas que existe, incluso, un blog que recoge multitud de fotografías, vídeos y que llegó a proponer, no les parecía ninguna locura, a uno de estos pajarracos para el cargo de presidente de Estados Unidos en sustitución de mandamás americano. Finalmente fue una paloma (negra) la que sacó a la extirpe de los Bush de la Casa Blanca.

Las cotorras argentinas se han adaptado a jardines y a zonas urbanas incluso en un clima como el nuestro, mucho más frío que su lugar de procedencia gracias a la construcción de grandes nidos "bioclimáticos" con ramitas entretejidas que pueden llegar a pesar cincuenta kilos con el peligro consecuente para los peatones. Son aves altamente gregarias, incluso más que las palomas. Los nidos "coloniales" que construyen en árboles o en torres eléctricas o de telecomunicaciones tienen divididas las estancias, todo un lujo de estos arquitectos y constructores volátiles; una para los huevos y los polluelos, y otra para los adultos.

Cada pareja de cotorritas pone de 5 a 8 huevos que incuban durante 26 días. Los expertos creen que en una fase inicial la colonia se duplica cada dos años, construyendo nuevos nidos. Nosotros hemos contado unos seis u ocho ejemplares que conviven en dos nidos. Cerca de ellos suena la catarata. No es el Paraná. La fuente de los platos de Plaza España escurre el agua con borboteante sonido. Los pájaros extrajeros, emigrantes ilegales -al fin y al cabo- están a gusto, se han hecho un hueco ahí, al principio del barrio de Juan de la Cierva y, parece, que no haya nadie, ni fiscal ni juez, que los expulse de su nuevo domicilio y repatríe a su pais de origen..

De momento, a la vista del número de ejemplares, no parece que molesten demasiado. Incluso suenan exóticas, en ese pequeño jardín urbano, las estridencias de sus chillidos al revolotear sobre los tejados cercanos junto a la algarabía infantil que tiene lugar en los juegos que se encuentran un poco más abajo del nido de las cotorras.


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Las fotografías están tomadas el jueves 12 de noviembre de 2009

9 de noviembre de 2009

La paloma de la paz











En las últimas dos o tres semanas he tenido la oportunidad de realizar algunas fotos de palomas en diversos barrios de Getafe. Y parece que hay muchas, casi demasiadas. La colonia más numerosa es la que sobrevuela Plaza de España. Ya antes habíamos anotado que las campanas de la Catedral se habían tenido que proteger con tela metálica para protegerlas del ácido úrico de las cagadas de este ave. Las palomas son, además de símbolo de la paz, la libertad y la armonía, una auténtica plaga en muchas ciudades. A pesar de ello, muchos ciudadanos y ciudadanas se prestan a al altruista labor de alimentarlas con restos de pan y diversos granos. ¡Pobres e ignorantes "sanfranciscos", protectores de animales urbanos, que engordan a esos bichitos que los expertos consideran como auténticas "ratas del aire".

Las palomas son animales gregarios y monógamos. Las colonias aumentan a un ritmo vertiginoso, como una progresión geométrica. Cada pareja de palomas tiene, un par de veces al año, cinco huevos. A los pocos meses, cada nuevo individudo se empareja de por vida y empieza en ciclo; cada año, diez hijos, y así, hasta que la curva de crecimiento de la colonia se estabiliza. Los nuevos miembros de la colonia, empujados por la presión física y la falta de recursos, emigran para iniciar nuevas colonias.

Además de los costes económicos por el deterioro urbano y la limpieza, estas pacíficas y ruidosas aves son portadoras de graves enfermedades como la ornitosis-psitacosis, (causada por la bacteria Clamidia psitaci), la salmonelosis (por la ingestión de alimentos contaminados por heces de paloma), la fiebre del Nilo Occidental (provocada por virus) o la histoplasmosis o la criptococosis (contagiadas por hongos). Al mismo tiempo, los expertos las señalan como causantes de otro tipo de enfermedades no infecciosas, como las alergias a los ácaros o ectoparásitos que se alojan en las plumas de las palomas.

Hay que echarse a temblar. Pensemos que cada "bichito" defeca la nada despreciable cantidad de diez kilos de su ácido excremento al año. Calculen, calculen... Dos palomas por dos, cuatro; por cuatro, dieciséis... Cada pareja de palomas se convierten en doce individuos a los seis meses; en setenta y dos al año, casi dos mil al cabo de los dos años, ... por diez kilos de cagadas, ... ¿Cuánta mierda de paloma aguantarán nuestras calles y nuestros tejados?

28 de octubre de 2009

Así hacemos las rotondas en Getafe



Propongamos un premio para el autor del diseño de esta rotonda ubicada en el  interior del polígono los Ángeles. Así las hacemos en Getafe; redondas.  Con un poco más, apenas un metro y medio, podrían haber ejecutado una rotonda elíptica, incluso la podrían haber desplazado esa misma distancia, y hubieran incluido la torre eléctrica en el perímetro interior, salvando  el riesgo, en primera instancia, de que una noche, gracias a la escasa iluminación de este ya céntrico polígono industrial, alquien se la lleve por delante. Y con el peligro evidente, además de aporrear el coche y la frente, de achicharrarse vivo. Así somos: las rotodas, redondas.  Colóquese una torre nueva en el interior, por favor, y así, además de evitar posibles accidentes, esquivaremos en el futuro la necesiad de adornar la rotonda con una escultura o una fuente.

21 de octubre de 2009

El robo del cordero

Una luna esclarecida y delatora le había acompañado durante toda la noche, huyendo a través de una vía escarchada de estrellas en un cielo azulado, casi negro como la vida. Habían pasado más de tres horas desde que saliera de su casa para recorrer a grandes zancadas las dos leguas que separaban la aldea, junto a la ribera baja del río, del cortijo de los dueños y señores de la comarca.

Los caminos estaban endurecidos por años de sequía, escoltados por algunos almendros y algarrobos dispersos. Atravesó los olivares fríos y resplandecientes que a esa hora, cercano el momento del alba, ofrecían al astro reluciente sus hojas de un color verde oscuro, casi negro como la miseria, con reflejos grises de acero, perla y plata, como navajas desnudas.

Pensó acortar el trayecto, hurtando lo sinuoso del camino, aligerando como el viento, atravesando barbechos y rastrojos olvidados; trotando olivares, y más olivares, infinitos olivares, tierra inmensa que servía sólo a unos pocos, y donde algunas lechuzas, supervivientes del hambre y otras calamidades , vigilaban el más mínimo movimiento. Ellos también tenían necesidad de comer; cualquier cosa, por pequeña que fuera, un ratón, un topillo o, incluso, alguna musaraña despistada y adormilada.

Al poco, empezó a guiarse por la linde de las aparcerías que trabajaban los pobres, siempre en dirección sur. Apenas notaba la cara y tenía los ojos llorosos como los niños pequeños, sin apenas sentir a causa del aire frío que se deslizaba y lo recibía como una cuchilla afilada presta a rajar el cutis mientras caía para posarse sobre los surcos de una tierra pobre y estéril, como hilachos de polvo helado, en terrazas abandonadas desde la última cosecha y laderas pedregosas.

Lo llevaba tan cerca de su pecho que el ritmo de los dos corazones se confundían en uno sólo. Uno, apresurado al trote, por el cansancio y el esfuerzo; el otro, azorado y temeroso, ante el ritmo de lo desconocido. Los dos, bailando de miedo; vibrando.

Había salido de su casa, escabulléndose de su hogar, muy avanzada la noche, mientras su familia dormía navegando por los sueños del hambre; temprano para robar un cordero. Era una decisión extraña. Y extraordinaria. Nunca pensó que tendría que hacerlo; ni que se atrevería. Hacía tres meses que su familia no comía carne. La hambruna se había extendido por la sierra sur como la peste. Durante los últimos tres años, las cosechas se habían perdido en su mayoría por culpa de las plagas. De las lindes de las fincas habían desaparecido las collejas, las espárragos, las setas y hasta las malas yerbas. No había liebres, ni apenas pájaros, ni lagartos siquiera. En la despensa unas pocas papas arrancadas a duros terrones olvidados, apenas para un guisado, algo de aceite, un poco de harina y una pequeña orza con aceitunas curadas; ni siquiera un mísero pedazo de tocino blanco.

Los dueños de la tierra, los amos, elegían a los que trabajaban; y a los que no. No había forma de escapar de la miseria. Sólo de vez en cuando conseguía algunos jornales como peón de albañil, como pastor improvisado o para la dura y negra tarea de varear y recoger las aceitunas de otro.

Él podía soportarlo. El hambre, esa sensación que atenazaba los músculos y adormilaba el cerebro, podía acabar con una criatura en pocos meses. Todavía recordaba los duros años tras la guerra. Apenas un mozo, casi un niño todavía, y ya era un viejo experto en escasez y privaciones, acostumbrado a las estrecheces de una familia numerosa; avezado a comer en la sarten familiar donde siempre se congregaban, en disputa incierta, más cucharas que tajadas. Él podía aguantar sin comer apenas, pero... Era 14 de febrero y cumplía cuatro años de casado con su mujer.

Iba a celebrar el día de San Valentín con un auténtico banquete. Ella y los niños, todos, tendrían un festín. A costa de lo que fuera. En realidad, no había sido difícil. Se acercó hasta los corrales del cortijo del Aurelio. Se introdujo en el corral, sigiloso, con prudencia. Ni un sólo balidoel rebaño. Al mismo instante de mover el cerrojo del cobertizo chirriaron los goznes y oyó a los perros desperezarse. El rumor del miedo se extendía entre el rebaño aborregado. Se oían tímido balidos. No tenía tiempo que perder. Cogió el primer animal que pudo, casi a tientas, iluminado sólo por la escasa luz de la luna que entraba por el portón, le tapó el hocico con sus manazas, lo introdujo como pudo en el saco y salió corriendo, confundiéndose con la sombra alargada del nogal que presidía la parte trasera del cortijo. Corrió; y corrió. Y corrió, apenas sin aliento.

Algunos de los perros del cacique aullaron durante un instante. Ladraban bajito, casi sin ganas, como si no quisieran, precisamente, alarmar a sus dueños, privándoles del sueño y la tranquilidad; temiendo los golpes de la correa. Al instante cesaron en su llanto lastimero y se volvieron a las perreras, donde se amontonaban unos encima de otros, ateridos y hambrientos. Hacía mucho frío.

Mientras bajaba, fatigosamente, con cuidado de no resbalar, confundiéndose sobre la linde de largas y estrechas fincas yermas, percibió de lejos el brillo del charol de los tricornios y de los correajes de los guardias civiles que caminaban un poco más abajo con sus mosquetones a la espalda. La pareja de la benemérita cumplía con el servicio nocturno por una senda, entre espinos, cambrones y escaramujos o zarzaperrunas, rodeando el pequeño alcor, en silencio, sin pensar, siquiera, que alquien se pudiera atrever, esa noche fría de febrero, a andar de correría fuera de las covachas. Cada uno en su casa, dios en la de todos; y la guardia civil, vigilando. El deber era el deber. La pareja hacían su ronda nocturna al servicio de la patria.

¿Pero qué o quién era la patria? ¿Qué representaba? ¿A quién daba sombra y cobijo la bandera roja y gualda que ondeaba en la casa cuartel, tras el lema que lo ofrecía todo por ella? ¿La patria era un país gobernado por un caudillo? ¿Era simplemente la esencia más pura de la nación o, simplemente, la representación de un generalísimo campeador como último eslabón, seguro e inexpugnable, de la eterna cadena de caciques ... o, solo la paga, escasa pero segura?

La puta que parió a esa zorra a la que llaman madre. Una comadre de mierda que aprieta y ahoga, desde tiempos inmemoriales. Que mata de hambre a niños, a hembras y a varones. Que desuella a los pobres, que los amilana,... Una furcia que los engaña con un discurso añejo y egoista, hipócrita y amante de los ricos, que lleva a los hombres a la guerra, los hiere, amputa sus miembros más jóvenes, los enemista por ideales estúpidos, los infecta y resquebraja, incluso de sus familias...

Santiago se agachó tras una pequeña roca sujetando la boca del cordero y esperó a que se alejaran los civiles. Su pecho era una olla hirviendo. El corazón encerrado bullía como queriendo escapar en cada suspiro; le faltaba el aire en los pulmones y le temblaban las piernas, desde los dedos de los pies hasta el culo. Era una sensación terrible. Tiritaba, no sabía si de frío o de temor.

Tras alejarse la pareja de guardias, tardó poco más de media hora en llegar sin más sobresaltos hasta la pequeña casa donde aún dormía su familia. Cerca de la ribera del río se notaba el relente de la noche. Por la chimenea aún salía un hilillo de humo. Al entrar, sigiloso, se acercó hasta los últimos rescoldos del hogar para calentarse. Por el ventanuco se colaban los primeros resplandores de un día gris. Los madrugadores y amorosos cantos del mirlo endulzaban la fría amanecida.

Sacó el cordero del saco, lo dejó en el suelo y lo miró con detalle. No rechistó. Era un magnífico animal, pero en ese momento, tarde, se dio cuenta que el cordero era tuerto. La mirada del único ojo del animalito le estremeció el alma.

-¡Ay mi madre!

Santiago pensó, por un momento, que no podría matar ni, por todo el hambre del mundo, comerse aquel animal...

Dejó al animal en una esquina. Rápido se desnudó y se metió con cuidado en la cama. Sintió con auténtico placer el peso de las mantas y la suavidad de la piel tibia de su mujer.

Ella se acurrucó como un ovillo, acercándole la espalda y pregunto:

- ¿Qué hacías por ahí? Estás helado...

- Nada, sólo me había levantado a beber agua, -contestó suavemente, mientras le acariciaba el pelo... -¿Sabes? Estaba pensando. Mañana quiero acercarme a la casa cuartel...

- ¿A qué?

- A informarme, a lo mejor; creo que voy a presentar una instancia para alistarme en la guardia civil... Ellos comen todos los días, alimentan a sus familias y así, vestidos de verde, huyen de esta miseria. El trabajo no es demasiado peligroso. Si me aceptan, pediré el traslado a un puesto cerca de la costa... Tu no lo has visto nunca. El mar es azul, intensamente azul como el cielo de un día de verano, con una luz inimaginable hasta que no te ha deslumbrado. Una luz cegadora que se queda para siempre en la retina y en la memoria. Buscaremos una pequeña atalaya para vivir, como el nido de un pájaro, agitada levemente por el arrullo del viento y la brisa marina. De lejos, nos deleitaremos, sosegadamente, con el gran espectáculo del mar, ese gigante azul que brama de noche acunando el sueño de los niños y por el día sacude latigazos de espuma o lame con dulzura la arena de una playa dorada ... Los niños, ¿sabes?, ¿Qué futuro les espera aquí..?

- Calla,...-le susurró su mujer mientras le cogía la mano y se la frotaba para calentarla; luego se la cruzó por la cintura, dejando el brazo debajo del suyo, hasta posarla, robusta y tierna, sobre sus pechos. Olía a pan blanco recién hecho. A dulce de leche, a romero y a vainilla, a amor. Ya era de día.

17 de octubre de 2009

Los ediles de urbanismo y las farolas


Cada concejal de urbanismo que ha ejercido como tal en el Ayuntamiento de Getafe, desde tiempos democráticos casi inmemoriales, ha puesto sobre el puzle de la ciudad su granito de arena y cemento, aportando su particular ideal de belleza a la estética urbana en un intento, no pocas veces vano, de acicalar y maquillar una ciudad fea de por sí, horripilante antes incluso que los ciudadanos eligieran a esos ediles, con ensanches heredados como San Isidro, La Alhóndiga o Las Margaritas, auténticos arquetipos de las canalladas urbanísticas que se cometieron en las postrimerías de una dictadura agonizante y débil; unos barrios donde se levantaban cubículos o celdillas como propuesta, casi paternalista, de aquellos constructores “franquistas” para el alojamiento de los miles de trabajadores que se arrimaban hasta la zona sur de Madrid para incorporarse a la retrasada y anómala revolución industrial que se desarrollaba en un país que se pretendía autárquico.

Y para ello, todos, [los delegados de urbanismo] sin excepción, además de planificar grandes desarrollos urbanísticos, de intentar ocultar la cara aburrida de “este pueblo indeterminado, gris e insignificante”, y derribar las escasas muestras de arquitectura vernácula de este páramo manchego, crecido como urbe al amparo del camino real que llegaba hasta Toledo y del clamor de las numerosas fábricas, recalificando las huertas y sembrados, cada día más improductivos, transformando cientos de hectáreas que engordaban y enriquecían a los hijos y nietos de los campesinos locales,  han procurado acrisolar el paradigma de la “ciudad proletaria” en cada uno de los nuevos barrios, con edificios feos de viviendas protegidas alineados en grandes avenidas.

Ellos, los responsables del modelo de ciudad, han intentado impregnar las costosas y repetitivas obras de acondicionamiento de calles, parques y avenidas con algún tipo de huella indeleble aunque sólo sea a través del mobiliario de las calle: farolas, bancos o papeleras. El problema es que cada uno de los concejales ha aplicado su peculiar gusto y, así, de esta manera podemos toparnos en un paseo por las calles de Getafe con quince o veinte modelos y estilos distintos de farolas, bancos, papeleras, o vallas separadoras de calzadas y aceras.

Con motivo de las obras de remodelación que se ejecutan en distintos lugares de la ciudad con el dinero de todos que tan alegremente reparte y malgasta el Plan [E] Zapatero hemos comprobado como se trata no sólo de reponer bordillos y adoquines despilfarrando el dinero y el trabajo como en el caso de la parte más cercana al Ayuntamiento de la céntrica calle Toledo. Qué terquedad y qué obstinación en derrochar cantidades ingentes de dinero en rehacer lo que hacía poco que estaba hecho y, en algunos caso, rehecho de manera repetitiva. Qué obcecación en tirar los escasos recursos en reformas, en muchos casos innecesarias y que perjudican a los vecinos reduciendo los aparcamientos sin una propuesta global y definitiva de qué hacer con los molestos, pero “imprescindibles” autos.

La fotografía superior muestra como se han solapado [temporalmente] las antiguas y refulgentes farolas bermellonas y las que han empezado a colocarse como estandartes de la visión estética del nuevo edil de urbanismo José Manuel Vázquez Sacristán. Parece inútil, y caro, cambiar unas farolas que a pesar de estar fechadas en 1836 [creo] apenas tienen una década de funcionamientos y cuyas luminarias se habían adaptado recientemente con un coste importante con el objetivo de reducir la contaminación lumínica que emitían las originales. Y ahora, al poco, resultan inservibles. ¡Qué derroche!


No podemos dejar de sentir rubor por el dispendio alegre e inverosímil del dinero público, sobre todo cuando es tan escaso y se hace necesario subir los impuestos para atesorarlo. Así, con este ir y venir, de quito y pongo adoquines y renuevo farolas, irán desapareciendo las últimas propuestas [estéticas] de Santos Vázquez, de Paco Hita, de Jesús Neira, o incluso, de los ediles anteriores. Aunque siempre, cuando volvemos la vista atrás, nos encontramos las gordonas farolas de la época de Paco Hita con sus apoyos semicirculares o, incluso, alguna olvidada en el Polideportivo Juan de la Cierva, seguro aguantando en la parede desde los tiempos en los que Jesús Prieto era alcalde de Getafe y el urbanismo local estaba dirigido por una comunista con nombre de flor y espíritu guerrero [Esa sí que merece que la cambiemos, la farola].
 

8 de octubre de 2009

Cara de Piedra y la memoria histórica


Volvemos a escribir sobre estatuas en el barrio de El Bercial; y ya van tres articulitos.  Nos da igual si el hecho ha sido publicado por algún foro, blog o periódico. En realidad nos importa un pimiento. No nos interesan las exclusivas en este pequeño recodo digital

La Junta de Gobierno Local aprobó el pasado mes de agosto, faltaría más, para que se enteraran los menos posibles, el proyecto para erigir un monumento en bronce a Rumiñahui. La propuesta es obra dela Concejala de Educación,..... e Inmigración, aunque parece que por allí media la mano del alcalde. La propuesta se basa en una “nota informativa” del Centro Unesco de Getafe y tiene como protagonista artístico al pintor y escultor ecuatoriano Oswaldo Guayasamin.

Está previsto que se firme, según el acta de la citada Junta de Gobierno Local, un convenio entre los promotores de la idea, el alcalde Pedro Castro y el mencionado Centro Unesco de Getafe al que ha llegado la idea a través del ex concejal de AP en el Ayuntamiento de Getafe y, actualmente, marchante de arte latino y colaborador del gobierno cubano, Gabriel Navarrete (qué serpenteantes vueltas da la vida); y, claro está, falta el más importante, y del que no se dice nada en la Junta, el que pone el dinero que suponemos será la Junta de Compensación de El Bercial.

El Ayuntamiento espera que el monumento, que irá ubicado como no podía ser de otra manera en la Avenida de la República del Ecuador, se pueda inaugurar en el segundo semestre de 2010. Tras el chasco y la poca aceptación de la horripilante propuesta de las hormigas trabajadoras, se intenta colar sin ruido ni publicidad, alevosía y agosticidad, otro “bonito” monumento.

¿Pero quién es el tal Rumiñahui? Es fácil (Google; teclear: Rumiñahui). Se trata, según quién lo califique, de un “general” o caudillo inca (hermano de Atahualpa) que luchó contra los españoles durante la conquista de Ecuador o de un cacique cruel y obstinado que llegó a quemar los poblados propios de su raza, incluso Quito, si no se unían a la “resistencia”. En realidad, y a falta de algún tipo de relación con nuestra memoria histórica, aunque sí con la de los indios, tampoco nos parece una idea acertada; casi peor que la de las hormigas. No parece lo más conveniente que para celebrar la convivencia con los “hermanos” ecuatorianos tengamos que homenajear a ese personaje histórico que representa la guerra contra el “odioso español”. Es que estamos majaras perdidos; o están.

No digan los vecinos del barrio que no conocían la propuesta. Es realmente sencillo seguir la estela del gobierno municipal a través de su web.

Conste, a pesar de todo, que no pretendemos ignorar ni menoscabar calidad de la obra de Oswaldo Guayasamin, pintor universal nacido en Quito en 1919. Lo penoso de esta historia es que el escultor falleció hace ya diez años (1999). En realidad el monumento será una réplica fundida en bronce, una copia digital, de su obra “Resistencia” instalada en su ciudad natal y en la que Rumiñahui  se levanta con los puños en alto entre dos esbeltas pirámides de las que cuelga "El Sol", otra obra de Guayasamín. Ahí,  sin sol ni a lo peor pirámide alguna, nos vamos a gastar esos quinientos mil euros que la Junta de El Bercial tiene comprometidos con el Ayuntamiento. 500.000 euros para homenajear a Rumiñahui, también conocido por su traducción del quechua, como Cara de Piedra.

Bonito dispendio. A nosostros no nos gusta. Es acertado que la ciudad cuente con obras de artistas de los paises que más han contribuido con la nueva colonización o retro descubrimiento del país de “los barbudos” que combatió con saña el cacique inca. O la patria es una madre o una puta. El próximo día 12 de octubre se conmemora en muchos lugares de América el día de la raza (vaya nombre desafortunado) o el día de la hispanidad, etc..; otros, en cambio, rememoran, en linea con el  indigenismo o el nuevo socialismo que preconizan los nuevos "caupolicanes" suramericanos,  Chaves, Evo y Correa, la conquista y masacre de las poblaciones indias.

Dejemos la memoria histórica de la guerra, y sus guereros, para otros lugares y momentos. No seamos caciques de un tiempo ya pasado. Es el momento de replantear ese encuentro de dos mundos. Ayer allí y hoy aquí.  Además de no decidir, ni pintar un carajo, lo caro que nos sale.

23 de agosto de 2009

Hacia poniente por abajo

Menudo vértigo la vista de la pared de tierras calizas que sujeta, aún, las edificaciones que ayer rozábamos con las manos. Hoy hemos acudido a revisar la ruta hacia poniente de la playa de El Arenal-Bol de Calpe desde abajo, a ras de la arena.
Los edificios parecen empujados hasta el mismo borde del precipicio en un ejercio de difícil equilibrio. Un poco más (quizas años o decenios, o siglos, quién sabe...)y caerán como juguetes ante la naturaleza. Bellas estampas a pleno sol de una gaviota patiamarilla refrescándose junto al blanco de la espuma salada, panorámicas de postal para el recuerdo, una cría de pez de tipo rajiforme varada en la arena, edificios sorprendentes...












22 de agosto de 2009

Correría hacia poniente

Hemos decidido explorar la costa hacia poniente, en un paseo lo más paralelo a una playa que empieza a llenarse desde temprano; sólo con un par de filas de sombrillas hace que el agua parezca intransitable a nado por la cantidad de bañistas. El camino,entre los hoteles Solymar y Bahía de Calpe se empina rápidamente de manera endiablada. El calor húmedo, y el esfuerzo, han conseguido en pocos metros empapar la camiseta. El sudor resbala por la frente, por el cogote, los brazos...
Desde hace unos días, y a ras de arena, había observado alguna gaviota atalayando la parte más occidental de la playa del Arenal de Calpe desde alguna de las flores de la pita que se yerguen empingorotadas en el mismo farallón de tierra resbaladiza y rocas quebradas sobre las que se cimientan unas pocas casas y edificios con vistas a un paisaje embriagador pero con un futuro incierto por la inexorable acción de los elementos.





En la primera revuelta del camino ascendente hemos girado hacia el mar buscando el aire natural que nos refresca y nos ofrece una vista inédita. Cañizo, mar, piedra y cielo. Azul y verde.

Desde ahí se contempla una bella panorámica de la playa. Una rampa, no apta para fumadores, sube y baja (según se ande) hasta la playa. Un pequeño lujo.


La casa desde la que hicimos la foto anterior tiene esos bonitos motivos geométricos a base de azulejos de colores, que nos traladan casi por ensalmo al corazón de Marruecos.


Los jardines que dan a la parte resguardada de esas magníficas casas, vistas desde la playa, y en realidad donde se encuentran sus puertas de entrada, se muestran exuberantes. El jazmín lanza la fragancia dulce de sus flores en la mañana radiante, a la espera de que, al anochecer, los galanes desfallezcan en efluvios de amor buscando a la dama; la higuera exhala un olor áspero e intenso; pinos,abetos, chumberas y otros cactus, pitas, bungavillas, glicinias, granados, limoneros, cipreses y otras especies de las que ignoramos el nombre, pero que desparraman su exuberancia de olor y color, jalonan nuestro camino hacia la cumbre de la lomita.









Por fin he encontrado al ave en su mirador. Gusta, el pájaro observador, de apoyarse sobre la cima de la flor del agave. Es una atalaya flexible, orgullosa y natural que se agita levemente al arrullo del viento, más sosegadamente que el mar, ese gigante azul que brama y sacude latigazos de espuma sobre la arena de la playa.




Hemos divisado los edificios que proyectó el arquiteto Ricardo Bofill. Su interés nos obligará a reflexionar sobre ellos en una entrada dedicada por entero a ellos. Su estética y ubicación, lo merecen.


Ya de vuelta, camino de la atalaya, observamos algunos de los peores paisajes de Calpe, cerca del centro antiguo. Un urbanismo descontrolado se ha señoreado de barrancos y lomas conformando una zona residencial caótica, como un puzle imposible, incompleto, tejida de una cierta improvisación, sin una planificación clara, saturada de edificios feos e inhóspitos. Algunas calles, de subida y bajada, nos sorprenden, de vez en cuando, de bocacalle en bocacalle, con la panorámica del enorme pedrusco incrustado en el mar. Qué horror de urbanismo... depredador.

Sin embargo la mañana ha estado completa y henchida de belleza. De azul, cielo y mar.