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28 de julio de 2011

La vida sigue igual


En la última entrada publicada en este blog, fechada a primeros de mayo, hace casi tres meses, ya advertíamos que las obras de remodelación de buena parte del casco urbano, incluida la calle del río (calle La Niña), que comunica la Avenida de los Ejércitos Españoles con el Paseo Marítimo y con la arteria urbana de Gabriel Miró, no se acabarían antes del periodo de vacaciones. Y lo peor, es que a punto de finalizar el mes de julio, los vecinos y comerciantes temen que llegado el mes de agosto se paralicen del todo; en realidad, durante estas últimas semanas solo hay un par de cuadrillas que apenas avanzan con la ejecución y con los remates, segurmante esperando las vacaciones. Evidentemente, las obras no finalizarán, y eso si dios quiere hasta el otoño. 

Las obras de la calle La Niña están consistiendo en el estrechamiento y reposición de la calzada, gracias a unas enormes y espantosas jardineras que solo consiguen reducir el espacio útil para los peatones. El proyecto de acondicionamiento mantiene, de manera sorprendente, los lugares de aparcamiento de vehículos y elimina la acera que discurría junto al río. Además, se ha subido a base de hormigón armado aproximadamente un metro la altura del cauce intentando generar un mayor volumen en el cauce. También, cómo no, se han instalado farolas nuevas y se han plantado sobre los maceteros carísimas palmeras que, por otra parte, ofrecen una pintoresca imagen tropical pero no dan sombra. En la parte superior de centro urbano, calle Gabriel Miró arriba, la reforma ha quedado medianamente bien, gracias a la peatonalización de algunas calles y a la eliminación de algunas barreras urbanisticas como bordillos, escaleras, etc. 

Se trata en general, tristemente en época de crisis, de gastar dinero por que sí, solo por gastar; este urbanismo tan extendido por todo el país, caro, agresivo con el peatón y sin criterios urbanísticos sólidos,  solo podría justificarse si el resultado final fuera, si no útil, hermoso. Y mucho nos tememos que no. Es feo. Pero, ya se sabe, para gustos se han hecho los colores. 

Las obras, según nuestras informaciones,  se deberían haber acabado a mediados de julio. Y eso, a estas alturas de mes, ya es incumplir. Para compensar las posibles o presuntas pérdidas económicas por las obras, el Ayuntamiento ha aprobado una partida para compensar a los comerciantes. La medida está muy bien, pero no deberíamos pagar los vecinos y contribuyentes. Parece lógico que el Ayuntamiento exija esas compensaciones a la empresa adjudicataria de las obras. Lo otro, pagar del presupuesto general, del que resulta de nuestros impustos, además de ser lo más fácil y demagógico, es injusto.

La partida para compensar las pérdidas de los comercios ha sido posible tras aprobar el Ayuntamiento los primeros presupuestos municipales desde el año 2007. Desde ese año, los líos políticos calpinos, sobre todo del PP calpino, habían producido una paralización política del ayuntamiento que hacía imposible la aprobación, año tras año, de los sucesivos presupuestos. La corporación solo era capaz de prorrogar el aprobado para el año 2007. 

La idea de subir el cauce del río para "encañonar" aún más al río ofrece una fea perspectiva que genera zonas opacas en la visual de los peatones y de los automóvilistas, y en esencia, a los efectos hidráulicos perseguidos,  técnicamente inútil.  El problema del cauce en ese tramo tan pequeño, que lleva hasta el mar, son las las retenciones que se creen en las intercesiones o puentes y no la altura del cauce. En el cauce de los ríos y torrentes parece evidente la necesidad de  "estanques de tormentas" a la entradad del núcleo urbano que mitiguen o aminoren el impacto de esa tormenta perfecta y riada excepcional siempre por venir.



Imagen de Google donde hemos insertado los dos barrancos que confluyen en la calle la Niña de Calpe. Y, claro, el lugar donde se debería proyectar el estanque de tormentas.


1 comentario:

fausto dijo...

Hola, le voy a dejar una par de opiniones únicamente técnicas acerca de la Calle La Niña.

La actual obra de la Calle La Niña es una remodelación de los viales y de las aceras. Supone una leve mejora en el funcionamiento hidraulico ya que han demolido los pasos superiores que estrangulaban la sección por el elevado canto de ciertos tableros. El resto de la obra es estética. Una pena por que se podría haber mejorado la funcionalidad de la calle (el autor del proyecto es un arquitecto). No obstante se ha introducido mejoras como la renovación de la red de agua potable y el alcantarillado que junto con el emisario (ya reparado) provocaban filtraciones al cauce con el consecuente mal olor.

En el tema hidráulico es donde está el futuro de la calle. La solución no es un tanque antiriadas, no es el caso para aplicarlo (las cuencas son muy cortas y muy rápidas). Para dar una solución hay que entender cómo funciona la cuenca que desagua a la calle La Niña. El problema es que los dos barrancos tienen unas características similares y su acción combinada es lo que produce el problema. La anchura de la Calle La Niña es suficiente para dar cabida a la avenida máxima de los 500 años con otros dos marcos como el que ya hay colocado. La pena es que solo colocaran uno, pero es ya es hablar de política.

Me alegro que alguien se preocupe por estos temas pero insisto que para dar soluciones hay que hacer un mínimo estudio. Y si yo fuera el dueño de la parcela donde usted ha pintado su tanque de tormentas, estaría muy enfadado. Le recomiendo tambien que eche un vistazo a fotos y planos antiguos y actuales de la zona; ayudan a comprender el historial de inundaciones y a plantear soluciones.