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28 de febrero de 2004

Realojos por Consorcios


La situación urbanística al día de la fecha es clara. El Plan General sigue sin aprobarse en cuanto a los desarrollos residenciales de Los Molinos y Buenavista. Y el alcalde, tras intentarlo dos veces con Gallardon durante el año 2003, sigue intentándolo en el 2004 con el gobierno de Aguirre. A pesar de sus repetidas mentiras y de la poca eficacia del Boletín Oficial del Ayuntamiento, el PGOU está sin aprobar. Ya hace casi un año. «El Plan General estaba aprobado», «nunca más una Junta de Compensación», etc, etc..., en fin, esa verborrea que le acompaña permanentemente.

Mientras tanto, vemos cómo el Rosón (2.750 viviendas) se va a gestionar por el sistema de Junta de Compensación (bueno, ahí están sus compañeros de Ayuntamiento y partido); el pasado 9 de febrero, la empresa Agofer, SA formalizó su intención, publicándolo en el BOCM, de desarrollar el polígono La Estación (entre la vía del tren Madrid-Aranjuez, y los cuarteles ) mediante el sistema de compensación (ya van dos); en este último se construirán 700 viviendas ¿todas libres? Otra más; parece lógico que esos desarrollos debieran llevar, al menos, un cincuenta por ciento de vivienda protegida. Y siendo Pedro el «protegido», más. Pero nada. Otra mentira, sólo eso. ¿Y el nuevo Perales del Río, con su «flamante» (o indignante) campo de golf también lo hará el alcalde por el sistema de expropiación y Consorcio público? Podría parecer que vuelve a mentir. Que fuera novedad lo que suele ser habitual.

El alcalde Pedro Castro ha apostado en Los Molinos y Buenavista, casi en solitario, por los consorcios urbanísticos y por la expropiación. A su lado, está como «fiel» escudero Pedro Gómez, gerente del Consorcio Getafe Norte. En contra se sitúan los propietarios del suelo y las cooperativas de Getafe que tradicionalmente han desarrollado la vivienda protegida en el municipio.

Muchos ciudadanos se dan cuenta de sus «inexactitudes». No lleva razón el edil en lo que propugna. Las únicas viviendas protegidas que se van a entregar desde 1998 son las de la Junta de Compensación de El Bercial. Getafe es el municipio que más ha salido en los periódicos y revistas como referente de las tramas urbanísticas, de las ventanillas políticas y de las corruptelas en adjudicaciones, exconcejales y dinero negro. Así se ha hecho el Plan General. A base de tachones y borraduras. Este alcalde se atrevió a pintar con tinta sobre el lápiz de lo arbitrario.

Ante esta situación de bloqueo el alcalde se ha sacado, en plenas elecciones, un as de la manga. Según ha podido saber este periódico, el alcalde ha vendido su alma al diablo (como un Goethe manchego cualquiera); un diablo que tiene cara de Mariano Zabía Lasala, consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad. A cambio, no de la inmortalidad. No; sólo de otra legislatura y de seguir pasteleando la «ventanilla urbanística».

Fuentes de dicha consejería que han preferido permanecer en el anonimato (para preservar su puesto de trabajo) han asegurado que Pedro Castro ha aceptado el realojo de 1.000 familias marginales en los nuevos barrios a cambio de que el sistema de gestión urbanística elegido por el gobierno de Esperanza Aguirre sea el de los Consorcio y la expropiación del suelo; eso sin que exista motivo político suficiente ni justificación social para hacerlo. Más parece lo contrario. Y las consecuencias de su actitud lo demostrarán. El gobierno regional se quita un problema y adiós muy buenas. Problema de Getafe.

Hay que recordar que en Abril de 1999 (antes de las elecciones de aquel año), el alcalde se mostró contrario, «mera pose electoral», a los realojos de la Comunidad de Madrid en el barrio de Getafe Norte. Llegó a «amenazar» con acudir al Defensor del Pueblo (qué contradicción ¿no deberían ser los realojados los que fueran?), incluso a la Comisión de Derechos Humanos de la Unión Europea (ahí es nada).

Dichas fuentes hablan de 500 viviendas de realojo marginal en cada uno de los sectores, tres veces más de las que se produjeron en Getafe norte. Las Asociaciones y vecinos en general se pueden preparar. El alcalde prepara su venganza contra el Sector 3 por su falta de apoyos electorales. Y menos merece por lo que hace.

Qué pretende el alcalde, ¿seguir mandando a toda costa? ¿sólo eso? Parece necesario pensar, también, en razones ocultas para aceptar los realojos que ningún municipio quiere a cambio de la expropiación de los terrenos; seguro que sus amigos, exconcejales y «protegidos» no tienen terrenos como sí pasa en el Rosón o en otros sectores. Por eso debe hacerse mediante expropiación. No hay resquicio para el consenso o la negociación. No quiere aceptar lo que se le propone desde todos los sectores implicados en el proceso: un gran acuerdo local sobre el suelo en el que participen el Ayuntamiento, los propietarios del suelo y las cooperativas; un pacto que posibilite económicamente (el ayuntamiento está en la ruina) el desarrollo de los dos sectores con una mayoría de viviendas protegidas; que se promuevan como hasta ahora por los promotores sociales de Getafe a los precios que marca el gobierno. Un acuerdo como el que ya existe en Getafe y que permitiría ofrecer a los vecinos más jóvenes y necesitados más de 3.000 viviendas protegidas. Y eso, sin esperar más, la semana que viene. Y sin realojos marginales multitudinarios. Ese sí sería el alcalde que queremos.

De otra manera, el proceso puede tardar mucho más, lo justo para que los que necesitan vivienda acaben jubilándose en otro lugar lejano; donde los procesos judiciales, políticos y sociales, acabarán defraudando a los vecinos del municipio; asistirán a una bonita «guerra», pero sin resultados.

Además, el pacto que se produce sobre los realojos producirá importantes «agujeros negros» de marginación, drogas y delincuencia. No estamos contra los realojos (aunque no le gusten a nadie), pero sí de la manera que se propone; la mayoría de los ciudadanos prefiere vivir en lugares donde sus hijos no estén en contacto con los que venden droga, roban las casas o dañan a las personas, etc... Este alcalde no nos gusta. Y podríamos acabar pidiendo realojos en la calle Manzana (donde dice que vive), en la Moraleja o en Boadilla del Monte, junto a la vivienda con la que... (la compró por 150.000 euros y hoy vale 480.000 euros) Rafael Simancas acabará dejando Fuenlabrada. Qué lata de prensa.

Artículo publicado en la revista Observador
Getafe (Madrid), febrero de 2004

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